El 0bispo de Matagalpa Rolando Álvarez , ofició su primera misa pública luego de su destierro ordenado en su contra por los tiranos Daniel Ortega y Rosario Murillo, y aseguró que siempre ora por su amada diócesis , por la iglesia y por toda Nicaragua.

El obispo, quien fue liberado de la cárcel La Modelo en Managua y enviado al exilio en Roma, continúa orando por su pueblo. Agradeció la cálida recepción de la comunidad en Sevilla, España y reiteró su compromiso espiritual con Nicaragua, especialmente en vísperas de los 100 años de fundación canónica de la diócesis de Matagalpa.

“Para mí es un gusto una alegría y sobre todo una bendición estar celebrando con ustedes esta Santa Eucaristía en honor a Nuestra Señora de los Dolores, en la memoria de Nuestra Señora de la Esperanza, Nuestra Señora de la expectación, y debo decir también en las vísperas de los 100 años de fundación canónica de mi bendita y amada diócesis de Matagalpa en Nicaragua, oramos por ustedes en este pueblo bello y gente maravillosa y por nuestra amada Nicaragua”, expresó el obispo nicaragüense.

 «Estoy orando por ustedes y estoy haciendo este gesto de amor por ellos (entregar su cruz pectoral a la Virgen de los Dolores), por el Señor y por la Iglesia», añadió monseñor Álvarez desde el altar mayor de la centenaria parroquia Nuestra Señora de Las Huertas, en el municipio de Puebla de Los Infantes, de Sevilla.

En su homilía cita carta del Papa a Nicaragua

Durante su homilía, Álvarez reflexionó sobre la providencia divina y la esperanza que guía a los creyentes, incluso en los momentos más oscuros. Recordó las palabras del Papa Francisco en la carta pastoral enviada a Nicaragua a propósita de la celebración de la Inmaculada Concepción de María.

“En la carta a los fieles de Nicaragua exhorta: No se olviden de la Providencia amorosa del Señor que nos acompañe y es la única guía central, precisamente en los momentos más difíciles donde humanamente se vuelve imposible poder entender lo que Dios quiere de nosotros, estamos llamados a no olvidar de su cuidado y misericordia”, dijo.

El obispo, que es también administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, fue sustraído de madrugada por la Policía del Palacio Episcopal de Matagalpa el 19 de agosto de 2022. Fue mantenido en prisión domiciliar hasta ser enviado al penal de máxima seguridad el 9 de febrero de 2023, tras negarse a ser desterrado a Estados Unidos junto a otros 222 prisionerospolíticos, según revelaría ese mismo día el dictador Daniel Ortega quien lo acusó de «soberbio».

Al día siguiente, el sacerdote fue condenado a 26 años y cuatro meses de prisión y despojado de su nacionalidad y suspendido sus derechos ciudadanos de por vida, por delitos considerados «traición a la patria». 

Desde su llegada a Roma, monseñor Álvarez ha mantenido un perfil bajo y apenas se le había visto en fotografías, centrado en la reflexión y la oración, según han manifestado algunos religiosos que han tenido la oportunidad de compartir con él.

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