Sin justificación alguna, la criminal dictadura sandinista de la familia Ortega-Murillo admitió oficialmente el uso de paramilitares y vehículo civiles sin placas para secuestrar y desaparecer a civiles y opositores en Nicaragua.
Así lo hizo en una desvergonzada y cínica acusación penal contra el mayor en retiro del ejército sandinista, Eddie González Valdivia, de 65 años, hermano de la periodista desaparecida Nohelia González.
El militar en retiro Eddie González fue acusado de homicidio en grado de frustración, uso de armas restringidas, uso indebido de emblemas y uniformes del Ejército sandinista, así como de daños y obstrucción de funciones.
La orden de prisión preventiva emitida este lunes 22 de julio indica que los cargos son en perjuicio del oficial de policía Norgen Isidro Castellón, de 29 años, y los paramilitares Germán Domingo Rodríguez Sovalbarro, de 66 y Jhotys Alcides Herrera Cárdenas, de 21 años.
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Paramilitares, orejas y espías
Según la acusación fiscal, el 14 de julio de 2024, el departamento de Auxilio Judicial de Estelí recibió una llamada anónima denunciando que González tenía en su vivienda un fusil AK-47, municiones restringidas y material explosivo como granadas y pólvora artesanal.
La Policía bajo servidumbre de la dictadura criminal conformó un equipo de urgencia para realizar un allanamiento y secuestro del militar en retiro.
«El Equipo Técnico de investigación policial, conformado por detectives, peritos de inspección y oficiales de seguridad pública, incluyendo policías voluntarios (paramilitares), se presentó en el lugar,» señala la acusación.
La fiscalía admite que los agentes llegaron en patrullas y en una camioneta civil sin placas, propiedad de la sancionada Policía del régimen.
El documento oficial detalla que González amenazó a los oficiales y paramilitares diciendo «los mataré a todos».
González disparó e hirió a los paramilitares
Ante esta amenaza, los esbirros sandinistas irrumpieron en la propiedad del militar retirado.
«Cuando los oficiales estaban intentando derribar la puerta, el acusado logró salir por el costado noroeste, escalando los muros de las viviendas vecinas,» según la acusación.
González disparó desde un muro al esbirro Norgen Castellón, hiriéndolo en varias partes del cuerpo.
Luego, se parapetó en la caja de una camioneta de un vecino y desde ahí disparó a los paramilitares, hiriendo a Germán Rodríguez en la pierna derecha y a Jhotys Herrera en el antebrazo izquierdo.
El día de su detención, González denunció en su perfil de Facebook que los rabiosos esbirros de la dictadura estaban en las afueras de su vivienda intentando detenerlo con violencia.
«En estos momentos los policías vinieron y con violencia quisieron entrar a mi casa… Sólo hay un camino…», publicó.
En videos difundidos en redes sociales, se observa a González siendo llevado herido al hospital San Juan de Dios en Estelí y lanzado brutalmente del vehículo por los vasallos uniformados de la dictadura.
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Actualmente, González se encuentra detenido en el centro de torturas El Chipote, en Managua, y su audiencia preliminar se realizó este lunes por videoconferencia desde los Juzgados de Estelí.
La juez de Distrito Penal de Audiencias de Estelí, Alma Pino Irías, una verduga sandinista admitió la acusación, decretó prisión preventiva y programó la audiencia inicial para el 5 de agosto.
A solicitud de la defensa de oficio, la jueza empleada de los Ortega-Murillo ordenó una valoración psicológica para González en el Instituto de Medicina Legal (IML).
Días antes de su captura, Eddie González había denunciado la detención y exilio de su hermana, la periodista Nohelia González, ex editora de La Prensa, quien desde el 09 de julio se encuentra desaparecida.