Nicaragua enfrenta un alarmante aumento de casos de dengue, con 46,525 casos sospechosos registrados hasta finales de abril de 2024, según cifras oficiales.
La situación ha llevado a que los hospitales y centros de salud del país estén en alerta, aunque el Ministerio de Salud (Minsa) no lo ha comunicado públicamente.
El comportamiento de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ante temas graves de salud como la pandemia del Covid-19 en 2020 y ahora el dengue, es de negar las cifras y ocultar las afectaciones.
Control y vigilancia intensificados
Médicos de centros estatales informan de manera extraoficial que el Minsa ha ordenado a los directores de hospitales vigilar a todos los pacientes con fiebre, independientemente de la causa.
«Estamos controlando a todos los pacientes que presenten fiebre, aunque sea por resfriados o diarreas, para identificar posibles casos de dengue», explicó un médico de la zona norte del país.
En todas las unidades de salud se han habilitado Unidades de Atención de Febriles (UAF) para observar a los pacientes con fiebre durante ocho horas y detectar signos de peligro.
Los médicos se coordinan con especialistas en pediatría, medicina interna y ginecología. En casos complicados, el Minsa ha designado «puntos focales nacionales» para guiar el tratamiento.
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Cifras ocultas y aumento de casos de dengue
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica por el dengue, destacando más de 3,600 muertes en el continente americano.
La OPS instó a los países de Centroamérica, México y el Caribe a tomar medidas para detener la epidemia.
En Nicaragua, los casos sospechosos de dengue hasta el 22 de abril de 2024 suman 46,525, un 62% más que los 28,883 registrados en el mismo período de 2023.
Entre las semanas diez y quince, se reportaron un promedio semanal de 2,500 contagios, lo que sugiere que hasta la semana 22 hubo más de 64,000 casos sospechosos, un 69% más que los 44,414 casos registrados en el mismo período de 2023.
Contexto regional del dengue
El aumento de contagios y la falta de información oportuna revela la incapacidad del gobierno para frenar la epidemia.
En 2023, Nicaragua tuvo la tasa más alta de contagios de dengue en América Latina, con 2,070 casos por cada 100,000 habitantes.
La OPS reporta que el año pasado hubo 181,096 casos sospechosos y cuatro fallecidos en el país.
Impacto del cambio climático y urbanización
El director de la OPS, Jarbas Barbosa, alertó que el aumento global de las temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos, como el fenómeno del niño, están provocando un inusual incremento de contagios de dengue.
Ello podría convertir a 2024 en la peor estación de dengue en América.
En lo que va de año, ya se registran 3.5 millones de casos, y la cifra podría superar los 4.5 millones del año pasado.
Además, el crecimiento poblacional rápido y la urbanización no planificada crean condiciones propicias para la proliferación de mosquitos transmisores.
Medidas recomendadas ante el dengue
La OPS instó a los países a intensificar la eliminación de criaderos de mosquitos, ya que las vacunas aún están en fases tempranas de desarrollo y no son una solución efectiva a corto plazo.
En Nicaragua, el Minsa ha dejado de reportar el número de contagios sospechosos en sus notas epidemiológicas semanales, lo que complica el seguimiento de la epidemia.
La situación exige un esfuerzo conjunto para frenar la propagación del dengue, reforzando la vigilancia, el diagnóstico temprano y la educación a la población sobre la importancia de mantener los hogares libres de criaderos de mosquitos.