La Novena de la Purísima Concepción se inicia este jueves con la imagen de la Virgen impedida de salir a la calle. La dictadura ha prohibido todos los recorridos procesionales que de costumbre se realizan en las comunidades y municipios de toda Nicaragua previo a las fiestas marianas.
“He tenido información de sacerdotes de diferentes diócesis del país que se les ha ordenado, por parte de la dictadura a través de la Policía Sandinista, que todas las actividades relacionadas al novenario sean en las parroquias, que a nadie se le ocurra salir”, denunció la abogada Martha Patricia Molina, autora de la investigación «Nicaragua, una iglesia perseguida».
Con el cinismo que le caracteriza la vocera de la dictadura Rosario Murillo, inició el lunes “alabando y venerando” a la Virgen María en medio de la feroz persecución a la iglesia católica, el secuestro de Monseñor Rolando Álvarez y el destierro de más de 12 sacerdotes.
“Las purísimas que nos reúne como familia, a rezar la novena calladita decíamos antes y luego a celebrarla con la comunidad, con el vecindario o con los amigos o a gritarla, que también es una celebración, una fiesta de solidaridad, compartir con cariño con amor y sobre todo compartir en nombre de María reina de la paz, madre de la paz de nuestra Nicaragua”, rezó Murillo en su intervención en los medios oficialistas este lunes 27 de noviembre.
La Policía Sandinista, advirtió a todas las autoridades eclesiásticas que no pueden realizar ningún tipo de actividad religiosa fuera de los templos en honor a la Concepción de María.
La dictadura también prohibió que la patrona de la Catedral de Managua saliera de los muros de este templo madre. Anteriormente, el régimen habría impedido los recorridos procesionales que realiza la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en las calles del barrio Monseñor Lezcano.