Por Oscar René Vargas
¿Qué realidad vive Nicaragua, en medio de su pobreza y sus crisis combinadas, en relación al tema de la energía eléctrica y sus altos costos? “Se trata de un fraude“. Aquí, un análisis del sociólogo Oscar René Vargas.
- La cartera vencida en los créditos otorgados por la banca a las familias, ya sea en los créditos personales, en el segmento a los bienes de consumo duradero, en la cartera para adquirir viviendas o en el segmento de las tarjetas de créditos han ido aumentando mes a mes desde el 2018.
- En el segundo semestre de 2020, la tendencia es al empeoramiento económico con una caída más pronunciada del PIB y una reducción de la inversión productiva. El sector privado extranjero requiere de certidumbres e información para que las inversiones productivas lleguen al país. Si el clima de negocios y la confianza empresarial no mejoran la recesión se profundizará más en el transcurso del año.
- Como en tanto en otros sectores la cacareada modernización del sector energético sólo ha sido un jugoso negocio en el contubernio de las empresas del capital privado y del capital orteguista en detrimento de los bolsillos de los nicaragüenses.
- El grueso de los contratos de compra de energía a los generadores privados es fraudulento, se trata de un fraude al país del cual no se tiene un cálculo del daño a erario público y al bolsillo de los ciudadanos y se conocen los nombres de los beneficiados. Ninguno de los organismos autónomos, supuestamente dedicados por ley a evitar ese tipo de transas, guarda silencio.
- Fueron contratos donde se estableció un precio por el pago de la energía que el Estado compraría a las empresas particulares con una tarifa por encima de la media en la región centroamericana con el resultado de la energía más cara de la región.
Café con Voz: Nicaragua 2020: Coronavirus y economía