El autodenominado “proceso” Monteverde, aseguró que la expulsión de 12 sacerdotes católicos por parte de la dictadura sandinista constituye una nueva violación a los derechos humanos y la libertad religiosa en Nicaragua.
“Si bien este acto los libera de la prisión y de una condena injusta, constituye un atropello a sus derechos fundamentales. Este exilio forzado no solo vulnera el derecho a la residencia y el tránsito, sino que también coarta la libertad de expresión al intentar silenciar las voces de estos líderes religiosos y sus comunidades.
Asimismo, Monteverde tachó de “infundadas” las acusaciones contra sacerdotes y según su consideración, forman parte de sus intentos de eliminar a la Iglesia Católica.
“Con las acusaciones falsas e infundadas contra los sacerdotes, la dictadura de Ortega revela su temor y debilidad en sus intentos de sofocar y eliminar la Iglesia Católica y a sus líderes, quienes han sido una voz profética, justa y valiente en Nicaragua”, señaló Monteverde en un comunicado.
“El destierro de estos sacerdotes fortalece nuestra convicción de continuar luchando no marca el fin de nuestra lucha por la justicia y la democracia”, añadió.
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El pasado 18 de octubre, el régimen de Daniel Ortega anunció que expulsó del país a doce sacerdotes católicos rumbo a El Vaticano, luego de acuerdos con éste último y la Iglesia Católica de Nicaragua. Sin embargo, El Vaticano aseguró que “se le ha pedido” acoger a los sacerdotes.
“Este acuerdo logrado con la intercesión de altas autoridades de la Iglesia Católica en Nicaragua y el Vaticano, representa la voluntad y el compromiso permanentes de encontrar soluciones, en reconocimiento y aliento de tanta fe y esperanza, que anima siempre a los creyentes nicaragüenses, que somos la mayoría”, señala un comunicado de la dictadura.
No obstante, El Vaticano confirmó el envío de los sacerdotes al menos doce horas después del anuncio de la dictadura.
«Puedo confirmar que se ha pedido a la Santa Sede que acoja a 12 sacerdotes de Nicaragua recientemente liberados de la cárcel. La Santa Sede ha aceptado», dijo el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, respondiendo a las preguntas de los periodistas.