Líderes indígenas de la Costa Caribe nicaragüense demandaron la libertad de Brooklyn Rivera y de Nancy Henríquez y responsabilizan a la dictadura de Daniel Ortega y de Rosario Murillo, de lo que les ocurra en sus cárceles.
Además hicieron una grave denuncia, dijeron que la dictadura usó a brigadistas del Ministerio de Salud, Minsa, en el operativo para su secuestro, lo que explicaría porque lo trasladaron en una ambulancia y no en patrullas policiales. La acción provocó además que los seguidores de la organización misquita, anunciaran amenazas a funcionarios de salud del gobierno.
“Este régimen está peor que el de Somoza”, dijo Hayde Baptista, lideresa de la agrupación Yapti Tasba Masraka Nanih Aslatakanka, Yatama, que dirigía Rivera. Los líderes de la agrupación indigena exaliada del dictador Ortega y su partido Frente Sandinista, hacen un llamado a la comunidad internacional a que exijan la libertad de sus dirigentes.
“Que la comunidad internacional asuma un rol beligerante antes estas atrocidades para presionar al régimen a fin de desarticular sus operaciones violentas en la Costa Caribe”, demandaron.
“Terrorismo de Estado”, dicen
En menos de 48 horas, el régimen de Daniel Ortega ha encarcelado a dos de los principales líderes indígenas misquitos de la Costa Caribe nicaragüense, un territorio que en teoría, debería gozar de “autonomía” gubernamental, pero que a su criterio, ha sido avasallado por el terrorismo de Estado.
Recordaron que Rivera, es el máximo líder de Yatama, la agrupación política más representativa del pueblo misquito, y condenaron que horas después, hicieran lo mismo contra Nancy Elizabeth Henríquez, una diputada suplente que debería ser protegida por su inmunidad y quien además, es presidenta del partido indigena en el Caribe Norte.
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Operación Minsa-malaria
En ambas detenciones, la policía del régimen como aparato represor de la dictadura ha implementado estrategias “amañadas parecidas al tenebroso Ministerio del Interior sandinista, que operó en el periodo de los años 80”, dijeron.
Denunciaron que el caso de Brooklyn Rivera, su secuestro se realizó después que unos supuestos trabajadores del Ministerio de Salud, Minsa, llegaron a la casa para una “supervisión del terreno por brotes de malaria”.
Ello explica porque al detenerlo, lo trasladaron en una ambulancia de Bilwi a Managua. En el caso de la diputada Nancy Henríquez, la policía del Distrito III en Managua, la citó para una supuesta entrevista sobre el caso del líder indígena Brooklyn Rivera, pero la dejaron detenida”, asegura la dirigencia de Yatama.
“Mal paga el diablo a quien bien le sirve”
Frente a la detención de los líderes indígenas, las diversas voces independientes han usado la frase “mal paga el diablo a quien bien le sirve”, con relación a alianza de Rivera con el orteguismo.
En mayo del año pasado, el régimen le negó el ingreso al país a Brooklyn Rivera después de participar en un foro sobre las comunidades indígenas en la sede de la Organización de Naciones Unidas en New York, Estados Unidos, y aunque ingresó ilegal, por puntos ciegos, el régimen perseguía sus pasos.
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Rivera aún goza de simpatía en el pueblo misquito por su rol en defensa de la libertad y su resistencia en la guerrilla antisandinista en el periodo de 1980 – 1989, lo que también causó que el régimen, militarizara las casas de Yatama en Bilwi y Waspam en su intención de frenar el levantamiento de los misquitos.
Una advertencia al Minsa
Indignados, los indígenas de Yatama, le enviaron una advertencia a trabajadores del Minsa. “Les decimos a ustedes funcionarios del Minsa que nosotros sabemos sus actuaciones, que violentaron los derechos de un pueblo, ustedes son serviles y ustedes son responsable de lo que ocurra a nuestro líder y los demás líderes, pero hay un pueblo rugiendo por defender a su mismo pueblo”, advirtió la agrupación en sus redes sociales.
La agresión y detención de los líderes indígenas expone una vez más el trato desigual y abrupto del régimen de Ortega en contra de las minorías étnicas que sistemáticamente invocan el tratado de Managua de 1860 con la cual Nicaragua, se hizo del territorio de la Nación Mosquitia, comprometiéndose si, a mantener el régimen de autonomía de estos pueblos.
Señalan los comunitarios que desde la llegada de Ortega al poder primero en los años 80 y más recientemente en 2007, los derechos de los indígenas y afrodescendientes “han sido pisoteados”. Aseguraron que los comunitarios han sido obligados a dejar sus territorios ancestrales, “los crímenes se cuentan por montón y los han despojado de sus organizaciones comunitarias, suplantándolas por estructuras partidarias leales al orteguismo”.