Nicaragua pierde cada vez más capacidad académica en las universidades. En los últimos meses, los hijos de la pareja dictatorial son quienes brindan cátedras inaugurales en centros de educación superior en el país centroamericano, con discursos cargados de adoctrinamiento político.
En marzo de 2023, Camila Ortega Murillo brindó una cátedra inaugural en la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense.
Este 26 de abril, Laureano Ortega Murillo compareció en una cátedra inaugural en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua UNAN, sede de Managua, en la que ensalzó los supuestos avances de la dictadura de sus progenitores.
Alex Aguirre, activista nicaragüense y ex integrante de la Unidad Juvenil y Estudiantil, considera que la comparecencia de los hijos de los dictadores refleja el nivel de nepotismo en Nicaragua, con el fin de legitimarlos frente a las nuevas generaciones.
«Pero también hemos visto a los hijos como ministros plenipotenciarios y firmando convenios de cooperación. Es parte de la consolidación de su imagen como sucesores», dijo Aguirre.
«Los hijos de Ortega no son académicos y no tienen ninguna licencia para dar cátedras en las universidades. Este es un síntoma del retroceso milenario de la educación en Nicaragua», añadió.
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Por su parte, la activista y estudiante egresada de la UNAN, Diana Carballo se muestra preocupada por el futuro de nuevos profesionales ya que considera que estas cátedras inaugurales son una muestra de la calidad de educación en Nicaragua.
«No es lo mismo que llegue un catedrático a hablar del plan de estudios o el desarrollo del año lectivo, a que te llegue el hijo de Ortega a hablar de las cosas que hace el buen gobierno, porque te llegan a hablar únicamente a favor de Daniel Ortega e ignoran las problemáticas sociales en las universidades», dijo.
Pero la destrucción de la educación en Nicaragua se observaba desde antes de 2022, año en el que la dictadura inició la confiscación de universidades.
«Tal vez no se era como ahora. Tuve buenos docentes, pero me enteré que la calidad educativa estaba mal cuando los acumulados eran de 60 puntos y ,os exámenes de 40. Era algo más alcanzable», dijo Carballo.