Voz de América. La tensión entre el Vaticano y Managua llegó a su punto más tenso el fin de semana, cuando el régimen de Daniel Ortega emitió un comunicado planteando una suspensión de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, luego que el Papa Francisco comparó al país con «una dictadura grosera» en una entrevista con el portal de noticias Infobae”.
El exembajador de la dictadura de Nicaragua en el Vaticano, Francisco Bautista Lara, dijo a la VOA que los comentarios del Papa fueron “totalmente desafortunados y fuera de lugar” ya que, a su juicio, la comparación “no corresponde a la realidad histórica ni corresponde a su investidura”.
“Hay que entender que el Papa Francisco tiene como dos investiduras: es jefe de Estado, del Estado Vaticano, un sui generis Estado dentro de las naciones del mundo que tiene vínculos diplomáticos a nivel internacional, pero también es el obispo de Roma”, dijo.
Según el exdiplomático, la expresión utilizada por el Papa en dicha entrevista “desnaturaliza su papel de pastor católico y se deslegitima” al comparar al país con una dictadura.El Papa también compara a Ortega con Hitler
“Estoy seguro de que, a nivel de la Santa Sede, deben estar viendo cuáles pueden ser las justificaciones o las expresiones más compatibles con su papel, para evitar esos excesos que a veces ocurren. El Papa es muy dado a irse de la boca y olvidar su papel diplomático como jefe de Estado y su relación necesaria con los otros Estados, particularmente con el de Nicaragua”, expresó Bautista Lara.
Mcfields: «El mejor retrato de la dictadura»
Por otro lado, el exembajador de Nicaragua, Arturo Mfields, quien se desempeñó en la OEA, interpreta las declaraciones del líder de la Iglesia católica no solo como “oportunas”, sino que a su juicio “son el mejor retrato hablado que existe hasta el día de hoy de la dictadura”.
“Son unas palabras que reflejan de manera sabia y precisa lo que está viviendo el pueblo de Nicaragua. Yo creo que la diplomacia del Vaticano hizo su mayor esfuerzo tratando de liberar a los sacerdotes y el retorno de la libertad religiosa a Nicaragua. Sin embargo, se encontró realmente con un muro de parte de la dictadura”, lamentó el exdiplomático exiliado en Estados Unidos.
Un obispo encarcelado
Las tensiones entre la Iglesia católica nicaragüense y el gobierno de Ortega comenzaron en abril de 2018, luego de las protestas contra el mandatario que dejaron al menos 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH.
Y Ortega empezó, según los opositores, una cruzada contra la Iglesia Católica, que albergó en los templos a los manifestantes que huían de la represión del Estado.
Ortega ha prohibido hasta la fecha las procesiones religiosas, ha cancelado decenas de radio y canales de televisión de la Iglesia y mantiene en la cárcel al obispo Rolando Álvarez, aunque a juicio el exdiplomático Bautista Lara, el religioso asumió “un papel que lo llevó a cometer delitos, delitos de traición a la Patria”.
Los obispos y sacerdotes “fueron utilizados como instrumentos para divulgar noticias falsas, para crear un estado de caos y de crisis muy conocido en 2018 que pretendió sacar del rumbo de prosperidad demostrable que Nicaragua llevaba hasta esas fechas”, dice Lara, quien también fue fundador de la Policía en Nicaragua.
“Desafortunadamente, (Álvarez) se valió de su investidura para ser instrumento de agresión, de desestabilización. Eso no puede ser aceptado en un Estado que pretende ser soberano e independiente. Ahí me parece que hay una desinformación del Papa o más bien, el Papa se está haciendo con la misma frecuencia de otros autores externos que son artífices y creadores de este proceso de desestabilización, y actores internos que son parte de eso”, concluyó.
Tanto Estados Unidos, como la Unión Europea, y el mismo papa Francisco han pedido por la liberación del obispo Rolando Álvarez, que se encuentra recluido en una máxima seguridad en Managua, luego de ser condenado a 26 años de cárcel por delitos de “traición a la patria”, entre otros.
Pero la petición parece de momento no ser escuchada, indican las organizaciones de derechos humanos de Nicaragua, como el Cenidh y contrario a ello la diplomacia entre el Vaticano y Managua se agota.
El exembajador Arturo McFields concluye que “Ortega ha superado a las dictaduras de Cuba y Venezuela porque ni siquiera Cuba, aunque lleva sesenta y cuatro años en el poder, ha roto relaciones con el Vaticano, Venezuela tampoco, y también son dictaduras”.
“Vemos a un régimen que cada vez se va aislando más y que está siendo reconocido como un régimen violador de los derechos humanos y con características muy similares a las de Hitler y de todo lo que eso representó en algún momento”, concluyó.