Por Nicaragua Invetiga y Connectas. Hace casi 40 años, Mario Eduardo Firmenich vivía encerrado en una celda de la prisión de Devoto, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Había sido condenado por algunos de los crímenes que la organización Montoneros —que él lideraba— cometió durante la “guerra sucia” contra la dictadura militar en ese país sudamericano, a fines de los setenta.
Hoy, el ex guerrillero tiene una vida muy alejada de las penurias de aquella cárcel: en su última aparición pública, el viernes 21 de octubre de 2022, se lo vio disfrutando de la pasarela inaugural de la 11ava edición de Nicaragua Diseña. Este evento de moda, realizado en el Centro de Convenciones Olof Palme de Managua, es dirigido por Camila Ortega Murillo, hija del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y de la vicepresidenta Rosario Murillo.
Ya sin aquella condena a 30 años de prisión en su espalda —cumplió solo seis porque fue indultado en 1990— pero siempre reivindicando la sangre que ayudó a derramar con Montoneros, Firmenich se sentó en la primera fila del evento al lado de otros invitados especiales, entre ellos Laureano Ortega Murillo —otro hijo de la pareja presidencial, asesor de su padre en temas de inversiones— y Salvador Sánchez Cerén —presidente de El Salvador entre 2014 y 2019, hoy acusado penalmente por casos de corrupción y prófugo de la justifica de su país—.
Al festival asistieron además ministros, diplomáticos, magistrados, embajadores y diputados sandinistas. Previo a la pasarela, que duró más de cuatro horas, los invitados especiales chocaron las copas de champán y disfrutaron de un banquete de primera clase preparado para cada uno de ellos mientras intercambiaban palabras de algún tema de su interés.
Firmenich vistió con una chaqueta color azul y pantalón crema. Su presencia en el evento de moda llamó la atención porque no estaba en calidad de “observador electoral”, como lo fue el 7 de noviembre de 2021, cuando aseguró que Ortega ganó “limpiamente” y fue “reelegido por cuarta vez porque su obra de gobierno de los tres períodos presidenciales anteriores goza de un amplísimo respaldo social agradecido”.
Detenido en Brasil en 1984; extraditado a Argentina y condenado a prisión en 1986; y luego indultado por el presidente Carlos Menem en 1990, el ex líder guerrillero es un huésped privilegiado del régimen Ortega-Murillo. El mismo gobierno que ha aplicado una Ley de Agentes Extranjeros contra decenas de opositores y organizaciones sociales, mandándolos a la cárcel o al exilio, y que acaba de quitarle arbitrariamente la nacionalidad a más de 300 nicaragüenses, no ha dudado en contratar a un extranjero con un sueldo del Estado, comorevela esta investigación de NICARAGUA INVESTIGA y CONNECTAS.
Mario Eduardo Firmenich, alineado ideológicamente con el sandinismo desde los años setenta, cobraba al menos hasta septiembre de 2022 un salario cada mes a la Presidencia de la República de Nicaragua. La información fue obtenida a través de una filtración de la base de datos del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que contiene datos públicos de toda la planta de personal del Estado de Nicaragua y del sueldo neto que reciben.
Mientras Firmenich, que no es nicaragüense, goza de refugio, un trabajo y seguridad por tener una afinidad política con el Frente Sandinista y defender sus abusos, Ortega le quitó este mes la nacionalidad —de manera inconstitucional— a los 222 presos políticos deportados a Estados Unidos, declarándolos “traidores a la patria” por criticar su gobierno y pedir un cambio democrático en el país. Y a otras 94 personas que se vieron afectadas por esta medida represiva, les abrió además un proceso legal y los despojó de todos sus bienes.
Pero Firmenich no es el único extranjero que, a diferencia de los nicaragüenses despatriados, es acogido por Ortega como si fuera un nacional más. Además del mencionado Sánchez Cerén, en esta privilegiada lista está otro ex expresidente salvadoreño: Carlos Mauricio Funes Cartagena, prófugo de la justicia de su país y asilado en Nicaragua desde septiembre de 2016.
También gozan de la “nicaraguanidad” dos ciudadanos libios: Ebtisam Ahmed Elmashi, una mujer nacionalizada en 1997 (como consta en La Gaceta) que ha ocupado varios cargos diplomáticos; y Mohamed Mohamed Lasthar, sobrino del fallecido dictador Muamar El Gadafi y actual embajador de Nicaragua en Kuwait.
Otro “agente extranjero” es Ramón Antonio Fregoso Toledo. De origen mexicano y que obtuvo la ciudadanía nicaragüense en septiembre de 2020 (según la La Gaceta), recibe un salario del Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA). Él es periodista y fue partícipe del documental La ofensiva final, que retrató los últimos 63 días de la dictadura somocista en 1979.
Por otro lado, el cubano Argimiro Ojeda Vive recibió la ciudadanía nicaragüense el 9 de marzo de 2022, según una publicación en La Gaceta. Él tiene un sueldo del Instituto Nicaragüense de Aeronáutica Civil (INAC) como “asesor técnico” desde 2013, de acuerdo a su perfil en LinkedIn. Antes fue vicepresidente del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC) entre 1988 y 2012.
El precio de Firmenich
Volviendo a Fitmrenich en el documento al que tuvo acceso esta investigación aparece como empleado de la Presidencia de Nicaragua, cobrando un salario neto de 133,710.59 córdobas (3,735.63 dólares).
Aunque su cargo no ha sido oficializado en La Gaceta (diario oficial de Nicaragua), los medios oficialistas La Voz del Sandinismo y Radio Uraccan Siuna publicaron una información en septiembre de 2020 en la que figura el argentino como “asesor de la presidencia para la Planificación”.
Firmenich aparece allí junto a Bosco Castillo,un funcionario del régimen de Ortega, en una visita a varias iniciativas productivas del municipio de Bilwi, Puerto Cabezas, en la zona del caribe nicaragüense.
Según la base de datos del INSS, el ex montonero tiene hoy domicilio en una zona exclusiva de Managua: Residencial Villa San Ángel, Casa 0302. Esto confirma que Nicaragua es su nuevo país adoptivo: su último paradero conocido era España, donde estaba radicado desde 1999.
Un video promocional del complejo residencial donde habita Firmenich detalla que una propiedad en ese lugar cuesta alrededor de 105 mil dólares (3,808,350.00 córdobas). La casa modelo posee un parqueo vehicular, una sala espaciosa, una cocina con alacena, tres habitaciones con aire acondicionado y sus respectivos baños, aparte de otros dos baños generales, un extenso patio con grama y un mini-apartamento.
Además de su pasado de reo condenado por la Justicia de su país, por los homicidios del empresario Francisco Soldati y del policía Ricardo Durán; y por los atentados contra el ex ministro Juan Alemanno y los dirigentes políticos Francisco Canciller y Ventura Belford Miño, Firmenich tiene otra mancha que conspira contra su contratación en el Estado nicaragüense: viola el artículo 12 de la Ley de Migración y Extranjería, al no poseer cédula de identidad, lo que le impide trabajar en el país y cobrar un salario.
Esta ley también expresa que los extranjeros deben solicitar una cédula de residencia, temporal o permanente, que debe ser emitida por la Dirección de Extranjería “en un término de treinta días hábiles a partir de su solicitud”. Pero tampoco se conoce que Firmenich haya solicitado este documento.
Para esta investigación se intentó contactar por teléfono y por correo electrónico al ex líder guerrillero argentino, pero no hubo respuestas de su parte. Tampoco de su hijo Facundo, que vivió con él en España y hoy está radicado en Bolivia.
“Los extranjeros que reciben altos sueldos producto de los impuestos de los nicaragüenses, incluyendo personas peligrosas de oscura trayectoria como Firmenich, solo podemos verlos como actos arbitrarios, ilegales y ligados a oscuros intereses ideológicos de carácter totalitario”, apuntó el analista político y exdiplomático José Dávila Membreño, quien sostiene que el “régimen premia a estos corruptos y asesinos extranjeros que ocupan altos puestos gubernamentales por su servilismo y hermandad ideológica perversa”.
“Nicaragua está señalada por Transparencia Internacional por ser uno de los países más corruptos de Latinoamérica y es lógico que en la planilla de la función pública existan funcionarios y empleados corruptos, sean estos nacionales-nacionalizados o extranjeros”, indicó por su parte Martha Patricia Molina, abogada nicaragüense del Observatorio Pro Transparencia y Anticorrupción.
“Estos cargos son más políticos que funcionales, lo que significa que reciben salarios, beneficios y dádivas a cambio de no hacer nada”, dice Molina y agrega: “A nivel público es necesario que el Estado contrate una fuerza laboral que cumpla el Código de Ética presente en cada institución y la Ley de Probidad”.
El veedor electoral de Ortega
El régimen sandinista acreditó a 232 “acompañantes electorales” procedentes de 27 países, entre ellos Firmenich, para “conocer de cerca” las últimas votaciones presidenciales, que se desarrollaron el 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega se reeligió para continuar gobernando Nicaragua por un cuarto periodo consecutivo. Estos comicios “no cumplieron ninguno de los elementos esenciales de la democracia” y el régimen “optó por el camino del autoritarismo”, según un informe emitido por la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Firmenich fue fotografiado el domingo anterior a la votación junto a varios “acompañantes electorales”, quienes participaron en reuniones con políticos cercanos a Ortega para conocer “programas de gobierno” y el proceso eleccionario. El ex montonero también fue fotografiado junto a Orlando Gómez, quien ocupaba el cargo como embajador de Nicaragua en Argentina en ese entonces.
En las posteriores elecciones municipales que se desarrollaron el domingo 6 de noviembre de 2022, al argentino no se le vio como “observador electoral”, aunque se conoció que el régimen invitó a varias personas de diferentes países para “vigilar” el proceso donde el Tribunal Electoral, controlado por magistrados oficialistas, le adjudicó al Frente Sandinista la victoria en las 153 alcaldías del país.
A pesar del rechazo nacional e internacional que enfrenta Ortega, Firmenich ha salido en defensa de su régimen y ha justificado el encarcelamiento de opositores nicaragüenses. “Las prisiones preventivas por el blanqueo del dinero que financia la injerencia electoral norteamericana se ajustan a derecho”, escribió en un extenso artículo denominado “13 realidades que explican la situación de Nicaragua”, publicado en julio de 2021 en la web del Canal 6, medio oficialista que controlan los hijos de Ortega.
En el mismo artículo, calificó a la oposición nicaragüense como una “bolsa de gatos” afirmando que no posee una “gran representatividad social”. Posteriormente, la emprendió contra la Iglesia, que también ha sido atacada por Ortega: “Los sectores más conservadores de la Iglesia católica impulsaron abiertamente el levantamiento golpista de 2018 desde los púlpitos”, señaló.
Firmenich, de 74 años, antes de instalarse en Nicaragua se desempeñaba como docente de Economía en la Universidad Rovira i Virgil en Tarragona, España, donde finalmente se jubiló: “Está jubilado desde hace tres o cuatro años”, contestó por teléfono un empleado de esta institución educativa catalana. Es decir que además de su salario en Nicaragua, el ex líder montonero también cobra una jubilación en euros.
“Firmenich ha sido un oscuro dirigente guerrillero que carece del más mínimo prestigio en Argentina. Es una persona que en este país no habla porque nadie lo escucha”, indicó Julio Bárbaro, quien fue dos veces diputado nacional en Argentina y también funcionario en las presidencias de los peronistas Carlos Menem (1989-1999) y Néstor Kirchner (2003-2007).
“No puede dar nada porque no tiene nada qué dar, acá hace años que no hay ni un solo canal que lo entreviste o lo salude”, apuntó el también politólogo y escritor que, aunque no militó en Montoneros, tuvo y tiene amistad con varios ex dirigentes de esa guerrilla, que llegó a ser la mayor de América Latina en los convulsionados años setenta.
En cuanto a la estrecha relación de Firmenich con el sandinismo, Bárbaro fue terminante: “Lo de Nicaragua es triste y es un retroceso en la política. Para mí Nicaragua no es una democracia. Entonces, no es nada raro que un señor tan poco democrático como Firmenich se encuentre con otro que ejerce la dictadura como el señor Ortega”.
La relación política del ex guerrillero con Nicaragua se remonta a los violentos años setenta. Los Montoneros llevaron adelante en 1978 acciones para apoyar económicamente a los sandinistas en la ofensiva final contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle. Así lo relató Humberto Ortega, ex guerrillero y hermano del presidente nicaragüense, en su libro “La Epopeya de la Insurrección”.
Humberto, quien también fue jefe del Ejército de Nicaragua (1979 – 1995), relata allí que se reunió en el complejo costarricense llamado Puesto Central de Palo Alto con Fernán Cienfuegos, dirigente de una organización guerrillera de El Salvador, “quien luego de identificarse plenamente con mis tesis insurreccionales nos facilita millones de dólares”.
En este mismo lugar —explica el mayor de los hermanos Ortega— tuvo “relación con los líderes Montoneros, los argentinos Mario Firmenich y Fernando Vaca Narvaja, quienes contribuyen para que podamos obtener otro millón de dólares”. Tras el triunfo de la revolución sandinista, que puso fin a más de 40 años de dictadura somocista, los líderes Montoneros estuvieron en Nicaragua en 1979.
Además de los dos nombrados, el tercer sobreviviente de la conducción montonera es Roberto Perdía. Él fue contactado para esta investigación y al responder declinó hablar. En cambio, solicitó información de NICARAGUA INVESTIGA y CONNECTAS para monitorear a qué público se “dirigen”. Cuando se le preguntó vía mensaje de texto si tenía información sobre si Firmenich vive en Nicaragua, respondió lo siguiente: “No lo sé”.
Pero los dirigentes montoneros no fueron los únicos guerrilleros argentinos fascinados con la revolución sandinista en los setenta. Miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), de extracción trotskista, también participaron en el proceso para derrocar a Somoza y colaboraron para el ascenso al poder del Frente Sandinista.
Es el caso de Enrique Gorriarán Merlo, que estuvo en Nicaragua combatiendo de la mano con los sandinistas a la dictadura somocista y fue quien comandó la célula de guerrilleros argentinos que el 17 de septiembre de 1980 asesinó a Somoza en Asunción, después de meses de seguimiento en la capital de Paraguay. Fallecido en 2006, sus hijas, Adriana y Cecilia Gorriarán Sívori, viven en Nicaragua desde hace varias décadas.
Cecilia Gorriarán fue esposa de Alberto Mora, agitador sandinista que tiene un programa de televisión en Canal 4, un medio oficial controlado por los hijos del mandatario nicaragüense. Ella apareció el año pasado como presunta “prestafirma” de Mora en una licitación pública de 13,775.33 dólares que pagó la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (ENATREL) en concepto de “publicidad”.
El oscuro pasado de Firmenich
Está claro que Firmenich es un huésped privilegiado del gobierno de Nicaragua y como tal, aparece frecuentemente en eventos políticos. En julio de 2019, por ejemplo, asistió al 40 aniversario de la revolución sandinista. En esa ocasión, fue fotografiado con Daniel Ortega cuando se dieron un fuerte abrazo. También participó de la última toma de posesión del mandatario el 10 de enero de 2022, a la que asistieron muy pocos representantes extranjeros y diplomáticos debido al rechazo internacional contra el actual régimen nicaragüense.
Firmenich arrastra tras de sí una historia regada de violencia política. Fue uno de los fundadores de la organización Montoneros y su máximo líder. Seguidores del tres veces presidente Juan Domingo Perón, una figura que marcó a fuego la política argentina del siglo XX, los integrantes del grupo guerrillero fueron responsables de numerosos secuestros y asesinatos durante la década del setenta en Argentina.
Uno de sus crímenes de más impacto social fue el del ex dictador y militar argentino Pedro Eugenio Aramburu en 1970, del que participó el propio Firmenich como uno de sus ideólogos y ejecutores. Luego de este acontecimiento, los montoneros profanaron su tumba en el cementerio y robaron sus restos, como lo relataron en un testimonio público en el año 1974 en un artículo titulado “La Causa Peronista: ¿Cómo murió Aramburu?”.
Montoneros también es reconocida en Argentina por realizar en 1975 “el secuestro más caro de la historia”, el de los hermanos Juan y Jorge Born, dueños de la multinacional más poderosa del país. La guerrilla liderada por Firmenich pidió en ese entonces 60 millones de dólares, dinero que le ayudó a la organización guerrillera para mantenerse en movimiento durante la salvaje represión que el último gobierno militar argentino aplicó a partir de 1976.
Tras ese golpe de Estado, Firmenich se exilió junto al resto de los integrantes de la cúpula montonera. Desde entonces se lo vinculó con distintos referentes de la guerrilla internacional: apareció en fotos con Yasser Arafat en Palestina, estuvo en Cuba, en el Líbano y en la Unión Soviética. También pasó por México y luego estuvo en Nicaragua, como se mencionó, cuando triunfó la revolución sandinista.
Con el regreso de la democracia a la Argentina en 1983, fue detenido en Brasil un año después y condenado a 30 años de prisión por la Cámara Federal de Buenos Aires en 1986.
Sin embargo, el entonces presidente Carlos Menem lo indultó, junto a los otros jefes montoneros y a los jerarcas de la dictadura militar, mediante el decreto publicado el 29 de diciembre de 1990. Tras abandonar la cárcel, Firmenich dejó la política para dedicarse al estudio y la investigación académica; primero en la Argentina y después en España, destino que abandonó en los últimos años para encontrar una nueva vida, con más comodidades y rodeado de antiguos camaradas de armas nicaragüenses, en la ciudad de Managua.
“Firmenich es un ser que esperemos no lo repita nadie, ni siquiera la misma guerrilla. Porque en el momento en que los demás militantes fueron desaparecidos (por los militares), ellos eran una conducción refugiada disfrutando en Europa. Así que no puede dar nada porque no tiene nada qué dar”, cerró Bárbaro.
En una de las pocas entrevistas que concedió en su vida, a un medio televisivo en 1992 —dos años después de haber sido indultado por sus crímenes—, Firmenich dijo que el resto de su vida iba a aplicar dos frases bíblicas. Una de ellas era: “No tentarás al Señor tu Dios”. Luego agregó que su perfil de vida lo había llevado a ser riguroso y mantener estrictas reglas de seguridad, lo cual es evidente: carga sobre sus espaldas asesinatos y secuestros que marcaron a la Argentina.
“Yo estuve años sin visitar a mi familia, años sin ir al cine, años sin ir a una cancha de fútbol”, dijo el ex guerrillero. Cuando el periodista le preguntó de qué vivía, respondió que comía y se mantenía gracias “al comercio”, pero no reveló qué tipo de negocios manejaba por el temor que le tenía la gente. “Si yo publicito con quién estoy comerciando, ese alguien quizás no quiera comerciar más”, apuntó. Algo de esa “filosofía” de vida sigue aplicando hoy, sumergido en el silencio y la seguridad que le brinda el régimen nicaragüense en un cómodo y lujoso barrio de Managua.