Las condiciones y el estado de salud en que se encuentra en las celdas de la cárcel “La Modelo”, el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, hasta donde supuestamente fue trasladado por órdenes de Daniel Ortega, son desconocidas, situación que ha empujado al Centro de Nicaragüense de Derechos Humanos, Cenidh, a lanzar una alerta mundial reclamando información sobre el jerarca y su inmediata liberación.
“Lanzamos SOS por monseñor Rolando Álvarez, a quien el régimen afirma que encerró en el centro penitenciario Jorge Navarro. Desconocemos cuál es su condición física y psicológica #SOSMonseñorÁlvarez su integridad personal y su vida están en riesgo. QUE LO LIBEREN #EsInocente”, indicó el organismo en cuenta de Twitter.
Añadió que “aún cuando familiares y sacerdotes han pedido visitarlo” no ha habido respuesta de la dictadura. “No sabemos si lo tienen en la galería 300, el infiernillo, si está con los demás presos políticos o con reos comunes”.
El obispo, crítico con el régimen de Ortega, fue condenado el pasado viernes a 26 años y cuatro meses de prisión, después que el mismo dictador rabioso lo ordenara porque el jerarca se negó a aceptar el destierro que realizó por «traición a la patria» a 220 secuestrados políticos.
Así fue la condena ordenada
El magistrado al servicio de la dictadura, Octavio Rothschuh, leyó la sentencia contra Álvarez, quien no estuvo presente en la lectura de sentencia difundida a través de los medios oficialistas. Dictadura condena a 26 años a Monseñor Rolando Álvarez
La lectura de la sentencia, cinco días antes del juicio previsto para el 15 de febrero, establece que Álvarez perderá su nacionalidad conforme a la Ley 1145, aprobada de forma express este jueves y que fue publicada este viernes en La Gaceta, Diario Oficial.
Este jueves, la dictadura desterró a 222 presos políticos que fue seguido de una reforma constitucional y la aprobación de una Ley de Regulación de pérdida de la nacionalidad.
Según dijo el dictador en una comparecencia ante los medios oficialistas, Álvarez dijo que no obedecería la disposición de la dictadura.
“Empieza a decir que él no se va. Que primero tenía que reunirse con los obispos y exige una reunión con los obispos. Cosa absurda, si hay una disposición del Estado nicaragüense, que él no puede cuestionar”, dijo Ortega en una narrativa que nadie sabe si en verdad ocurrió. Además, el dictador criticó que el religioso no acatara la disposición del régimen.