El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, enfrentará este martes la infame audiencia inicial que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, han ordenado en su contra por la supuesta comisión de delitos de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense”.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) exigió el lunes que se declare “sin lugar” la acusación contra Monseñor Rolando Álvarez y se le libere de inmediato, a un día que la Justicia orteguista le realice una audiencia inicial.
“Mañana 10 de enero el régimen Ortega Murillo realizará audiencia inicial contra Monseñor Rolando Álvarez, EXIGIMOS que se declare sin lugar a esa arbitraria acusación y se le libere de inmediato”, demandó el organismo en sus redes sociales.
Mientras tanto católicos de la Diócesis de Matagalpa y Estelí iniciaron desde este fin de semana una jornada de oración permanente para que su obispo, monseñor Rolando Álvarez, “sea fortalecido espiritualmente”, especialmente este martes cuando enfrente una audiencia inicial por una acusación penal en su contra.
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Las comunidades de laicos y religiosos de ambas diócesis dijeron que rezarán también para que a su obispo no le falte la salud física y que muy pronto pueda recuperar su libertad junto a los sacerdotes y laicos de Matagalpa que también fueron secuestrados y mañana enfrentarán juicio acusados de «traición a la patria» por la dictadura.
Primer obispo juzgado en la historia
Álvarez Lagos, de 56 años, es el primer obispo arrestado y acusado en la historia de Nicaragua, algo que solo ha ocurrido en el régimen de Ortega quien retomó el poder en Nicaragua en 2007.
El jerarca, obispo de la diócesis de Matagalpa, administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, fue sustraído la madrugada del viernes 19 de agosto por agentes policiales del palacio episcopal provincial junto con cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo, después de haber estado 15 días confinados en “curia por cárcel”.
La guardia sandinista, que dirige Francisco Díaz, consuegro del dictador Ortega, acusa al alto jerarca de intentar «organizar grupos violentos», supuestamente «con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales».
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En octubre pasado, Ortega arremetió contra la Iglesia católica que dirige el papa Francisco, la acusó de no practicar la democracia, de ser una «dictadura» y una «tiranía perfecta» y de haber utilizado «a sus obispos en Nicaragua para dar un golpe de Estado» a su Gobierno en el marco de las manifestaciones que estallaron en abril de 2018 por unas controvertidas reformas a la seguridad social.
Asimismo el tirano ha usado frases como “la sotana no hace santo a nadie”, para restar respeto y autoridad a los prelados. En la misma causa inventada por la dictadura contra el obispo de Matagalpa, se encuentra acusado el sacerdote exiliado Uriel Antonio Vallejos, «quien es prófugo de la justicia» y la autoridad judicial giró oficio a la Interpol para su captura, según el parte judicial.
Hermana de obispo sin respuesta
La audiencia inicial está a cargo de la jueza del décimo distrito penal de audiencia de Managua, Gloria María Saavedra Corrales, quien deberá decidir si manda el caso a juicio oral y público, y si mantiene o no en prisión preventiva, de acuerdo con la información.
El pasado 13 de diciembre, la judicial admitió la acusación presentada por el fiscal especial del caso, Manuel Rugama, contra el obispo Álvarez, le nombró un defensor de oficio al servicio de la dictadura, le decretó arresto domiciliario y programó audiencia inicial.
Una hermana del obispo, Vilma Esperanza Álvarez Lagos, solicitó a la jueza el nombramiento de una defensa técnica, según el informe en línea del caso, sin que haya prosperado.