Hace dos años Nicaragua fue testigo de una barbarie. Al menos seis personas de una misma familia murieron en un amanecer como hoy pero del año 2018, entre ellos dos niños, a raíz de un incendio en una casa de tres pisos, que también funcionaba como un negocio de colchones, en el barrio Carlos Marx de la capital.

Cuatro de los seis fallecidos, tres varones y una mujer, estaban completamente calcinados, según el Benemérito Cuerpo de Bomberos. Daryelis y Matías, dos niños de solo dos años y cinco meses de edad, estaban también en el interior y fueron alcanzados por las llamas.


El incendio ocurrió en un establecimiento de tres pisos, de telas y colchones, de la familia Pavón, localizado en el barrio Carlos Marx, en Managua.

En algunas imágenes, difundidas por la televisora local y redes sociales, se observaba cómo bomberos prestaban auxilio a los bebés que se encontraban dentro de la casa, y en otras a los cadáveres de los adultos completamente calcinados. 

Un bombero dijo que llegaron más tarde a prestar ayuda, debido a que cerca de donde se registró el incendio, paramilitares les recibieron a balazos y tuvieron que esperar para poder acercarse a la zona.

Las versiones de familiares y vecinos, indicaron que el incendio fue provocado por policías y fuerzas «parapoliciales» que circulaban en el sector removiendo barricadas a sangre y fuego.

Las fuerzas «parapoliciales», acompañadas de agentes de la Policía, prendieron fuego a la casa porque la familia se negó a prestar la parte alta del edificio para ubicar francotiradores y los amenazaron con disparar si salían de la casa mientras ardía en llamas. 

«Quemaron mi casa, en la colchonería, en el edificio, y toda mi familia está muerta, los niños, mi hermano, mi papá, mi mamá (…), quemaron mi casa, la quemaron y yo pude salir porque me tiré del balcón», dijo una familiar en un desgarrador testimonio divulgado a través de redes sociales.

«Daniel Ortega (presidente del país), a toda su familia y a toda su descendencia, los maldigo», gritó la mujer, mientras pedía auxilio. Meses después de forma extraña, la misma persona cambió la versión de los hechos y acusó a activistas de Derechos Humanos, de ser los supuestos responsables del siniestro.

Aún con todo y la barbarie, el velorio de la familia fue asediado por fuerzas oscuras de la dictadura.

La guardia sandinista y fuerzas paramilitares, mantenían ataques en los barrios del este de Managua donde la población había levantado barricadas en protesta contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega.

En aquel momento estaba instalada la mesa de un supuesto diálogo nacional. La delegación de la dictadura señaló a los opositores por este y todos los actos violentos que se han registrado desde el 18 de abril pasado, cuando se inició la crisis. Pero quienes portaban armas y atacaban a diestra y siniestra en los barrios eran fanáticos de la dictadura acompañados por uniformados de la guardia.

Las protestas contra Ortega, que en ese momento tenía 11 años en el poder, comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas a la seguridad social, y se convirtieron en una exigencia de renuncia con acusaciones de abuso y corrupción. Dos años después, la impunidad cubre este crimen como las cenizas y el contil, los muros de la casa donde murieron los miembros de la familia Pavón.

Estados Unidos señaló a la policía orteguista como responsable


“En junio de 2018, hombres armados enmascarados, acompañados por personas identificadas por testigos como policías nicaragüenses, habrían incendiado una casa familiar en Managua, matando a seis, incluidos dos niños pequeños”, se lee en el comunicado emitido por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos el 25 de noviembre de 2018, en el que además anunciaron sanciones para la vice-dictadora de Nicaragua, Rosario Murillo y para Néstor Moncada Lau.

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