El obispo Auxiliar de Managua, Monseñor Silvio Báez, recordó a los dos obispos católicos presos, Joseph Zen, en Hong Kong; y monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, encarcelados por ser testigos y profetas del evangelio, haciendo una analogía con Juan el Bautista, que también fue encarcelado por las autoridades de su época.
“A pocos días de la Navidad, la prisión injusta del Bautista nos invita a recordar a los presos de conciencia de hoy. Entre ellos hay líderes políticos y defensores de derechos humanos, cuyo delito ha sido soñar y luchar por un país mejor”, dijo Báez en su homilía dominical.
“Pienso en modo especial en los obispos católicos Joseph Zen, detenido por las autoridades de Hong Kong, y en mi amado hermano monseñor Rolando José Álvarez, Obispo de Matagalpa, privado de su libertad por la dictadura en Nicaragua”, añadió.
El jerarca católico invitó a los creyentes a elevar oraciones por los secuestrados de la dictadura en Nicaragua.
“No olvidemos a estos hermanos y hermanas nuestras, que sufren injustamente y a quienes se les acusa de delitos que no han cometido. En nuestro camino hacia la Navidad, elevemos nuestra oración por ellos, recordémoslos con afecto y pidamos al Señor que ablande el corazón de los tiranos para que los liberen”, dijo.
El obispo Carmelita también reflexionó sobre los familiares de los secuestrados de la dictadura, asegurando que la navidad no puede ser “alegre” mientras existan personas justas en la cárcel.
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“Sus familiares tienen derecho de tenerlos junto a ellos, sus hijos los necesitan, la sociedad estará herida mientras estén detenidos. El pueblo de Dios sufre la ausencia de sus pastores encarcelados y necesita su presencia cálida y su voz profética. No podremos tener una alegre Navidad mientras ellos estén sufriendo esta injusticia”, expresó Báez.
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Se debe tener fe aun en momentos de desolación
El obispo Auxiliar señaló que en momentos de desolación y oscuridad, se debe tener mucha fe y comprender las acciones de Dios.
“A veces atravesamos momentos de desolación y de oscuridad, nos preguntamos si no nos estamos engañando al esperar en Dios. Debemos aceptar que no lo sabemos todo, ni lo podemos comprender todo”, expresó.
“Los creyentes debemos aprender que tampoco podemos prever la acción de Dios, ni comprender totalmente sus acciones. Dios siempre es más grande de lo que podemos imaginar, sus obras son mayores que nuestros cálculos y sus caminos diferentes a los nuestros. A Dios no se le posee, se le busca”, añadió.