Tomado de la VOA ¿Dónde están los jóvenes opositores de Nicaragua? Samantha Jirón, una joven opositora que está presa en Nicaragua cumplió sus 22 años aislada en una cárcel. No pudo celebrar con velas ni pastel, menos alguna compañía que la felicitara en el día de su nacimiento.
En su lugar, un cuadro de depresión embargó ese y otros días de Jirón, quien está detenida desde noviembre de 2021, días después de las elecciones de ese año, en que fue reelecto para otro mandato Daniel Ortega. Poco antes, puso tras las rejas a varios aspirantes a la presidencia en la nación centroamericana.
“Hay momentos donde está bien, pero de repente se siente mal, es como un sube y baja”, dijo a la Voz de América sobre el estado de ánimo de Jirón su madre, Carolina Jirón.
Carolina contó que en medio de esa situación, su hija se retiró los aparatos correctores de los dientes, argumentando que le causaba dolores y molestias y no podía acceder a un dentista para una revisión, que de acuerdo a su testimonio, le habían denegado las autoridades del penal.
La información no pudo ser confirmada de forma independiente, dado que el régimen de Ortega ni las autoridades penitenciarias suelen dar información a la prensa no oficialista.
La madre de la joven opositora, dice sin embargo, que su hija a veces se sobrepone a la tristeza.
“Sale alegre a recibirme, se intenta mostrar fuerte”, dice Carolina, explicando que en ocasiones, cuando la visita, su hija se maquilla y hace trenzas para alegrarla.
Analistas consultados por la Voz de América, admiten que además de esta joven, muchos otros jóvenes opositores han ido a parar a la cárcel por enfrentar a Ortega.
Ese el caso también de Lesther Alemán, de 23 años, quien encaró a Ortega durante el primer diálogo nacional en 2018 en Nicaragua. Junto a Alemán también fue detenido el activista y presidente de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), Máx Jeréz.
La familia de Alemán ha denunciado que el joven ha perdido drásticamente peso; mientras que el líder Max Jeréz está en condición de aislamiento. De hecho, cuando murió su madre Heidy Meza no se le permitió asistir al funeral.
La Alianza Universitaria Nicaragüense, a la que pertenece Jeréz, expresó en su momento que los familiares, abogados y amigos realizaron las gestiones correspondientes, sin embargo fue denegado el permiso para que asistiera al funeral.
Ser joven representa una amenaza
Enrique Cuadras, miembro de la Alianza Universitaria (AUN), organización de los jóvenes opositores, quien se encuentra exiliado en Estados Unidos, explica la fundamental razón por la que considera que existe persecución contra los jóvenes: el rol clave que jugaron los más jóvenes durante las protestas de 2018 contra el Gobierno de Ortega.
“Ser joven en Nicaragua ha sido una de las dificultades más allá de lo que representa en una sociedad normal”, dijo Cuadras a la VOA.
“Nos ha costado la cárcel, el exilio, que nuestros líderes nacionalmente reconocidos, como son Max Jerez y Léster Alemán, líderes de mi movimiento, estén detenidos, condenados injustamente bajo leyes que el régimen de Daniel Ortega diseñó para enjuiciar a opositores”, agrega el joven.
Según Cuadras, tanto a Léster y Max, condenados a trece años de prisión, les están siendo violados sus derechos humanos básicos: “Se violan los procedimientos, el Estado de derecho y están sometidos a tratos crueles”, afirma.
Ambos cumplieron recientemente un año en la cárcel, recuerda.
“Ellos continúan con mucha fortaleza y esa es la fortaleza que mueve a la juventud que permite que la ciudadanía, a pesar de las condiciones, pueda decir que tiene esperanzas de que se logre un cambio y nosotros como jóvenes, dentro de los espacios en los que todavía podemos hacer incidencia”, agrega.
También otros jóvenes opositores han sido detenidos por su postura crítica a Ortega, incluso antes de 2021. Entre estos está John Cerna, un universitario encarcelado en febrero de 2020 al salir de la Universidad Centroamericana (UCA).
Sarahí Cerna, hermana del joven universitario, comentó que su hermano está en una celda de máxima seguridad y constantemente se enferma “sin que ningún médico lo visite”.
“Él está muy deprimido”, dijo su hermana en entrevista pasada a la VOA.
El régimen de Ortega ha dicho que los jóvenes formaron parte de un supuesto plan para derrocarlo. Lo mismo alegan las autoridades judiciales.
Lesther Alemán, Max Jeréz y Samantha Jirón, por ejemplo fueron señalados de «conspirar» contra el Estado. Pero en otros casos las detenciones han sido justificadas por causas comunes, como fue el caso de Cerna, condenado por el supuesto delito de tráfico de estupefacientes.
Debe haber nuevas medidas: Human Rights Watch
Juan Pappier, investigador sénior de la División de las Américas de Human Rights Watch, advierte que la comunidad internacional debe enviar medidas más contundentes contra Ortega pues considera que se está enviando un mensaje peligroso a la región.
“Este régimen manda una señal preocupante a otros gobernantes de que quizás pueden salirse con la suya”, dice Pappier.
Asegura que se deben pensar en medidas nuevas, alegando que “las sanciones aunque le molestan al régimen, no son suficientes”.
“Hay que pensar en una respuesta más concertada, que coordine esfuerzos internacionales. Sanciones de tipo económico que impacten y le duelan a la familia Ortega, pero que no dañe a los nicaragüenses”, concluyó.