El exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos y periodista, Arturo McFields, aseguró que no se arrepiente de haber denunciado a la dictadura sandinista y que salir de sus estructuras es como “escapar de un cartel de narcos”.
Durante un foro del Instituto Interamericano de la Democracia, organizado en conmemoración del cuarto aniversario de la rebelión de abril de 2018, McFields expuso la realidad de la represión de la dictadura sandinista hacia los trabajadores del Estado, el maltrato a los secuestrados políticos y las adversidades que enfrentan los miles de exiliados.
“Salir de la dictadura es como salir de una secta religiosa o como salir de un gran cartel de narcos. Podés salir pero no sabes qué va a pasar. No es fácil, pero vale la pena. Tengo la esperanza que algún día el tirano y su pareja huyan del país y no sean los nicaragüenses”, señaló.
McFields denunció a la dictadura sandinista en una sesión del Consejo Permanente de la OEA el 23 de marzo de 2022, acusándola de cometer crímenes de lesa humanidad.
“No me arrepiento de la decisión tomada y de haber denunciado ante los 34 países de la OEA, que en Nicaragua existe una dictadura y me atrevería a decir que, probablemente, la dictadura más cruel de América Latina”, dijo McFields.
El también periodista aseguró que es más difícil ser disidente al haber estado en la estructura de gobierno que ser opositor, puesto que la dictadura considera esta separación como una traición.
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Dictadura llegó con promesas que nunca cumplió
Durante la sesión del Foro, McFields señaló que la dictadura, en su retorno al poder en 2007, “engañó” a diversos sectores de la sociedad, prometiendo un gobierno inclusivo y un Estado de Derecho.
En ese sentido, señaló que “los empresarios cayeron” y que los intelectuales formaron parte de esa estructura.
“Hubo una promesa muy grande y los empresarios que creyeron en estas promesas están en la cárcel, algunos de los intelectuales fueron puestos tras las rejas y otros como yo, que hemos denunciado a la dictadura, hemos sido tildados de traidores de la patria”, dijo.
McFields calificó a los secuestrados políticos como la reserva moral de Nicaragua y aseguró que las historias de estos lo llevaron a tomar la decisión de denunciar a la dictadura.
Trabajadores del Estado con vergüenza ante abril
McFields expresó que el sentimiento de los trabajadores del Estado es vergüenza ante la rebelión de abril, debido a que “se les colocó en la acera equivocada de la historia”.
“Todos éramos sospechosos y vigilados. Este es un patrón que se repite en todo el Estado. El Ministro es vigilado por su chofer y el sindicato vigila a otros funcionarios. Es una red de un gobierno ineficiente, lento y obsoleto porque todos los recursos se destinan a propaganda y vigilancia”, dijo.
Al respecto, recordó que los funcionarios públicos están cansados de la dictadura y que son muchos los que han renunciado y se han exiliado en silencio.
Nicaragua es el reflejo de descomposición en Latinoamérica
Por su parte, el abogado y politólogo Carlos Sánchez Berzaín, organizador del Foro, señaló que la situación de Nicaragua es el reflejo de cómo sistemas autoritarios pueden causar estragos en Latinoamérica.
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“La respuesta de los regímenes ha sido la misma porque se trata de una organización criminal que se llama Socialismo del Siglo 21, liderada por Cuba. Nicaragua es una dictadura que refleja la penetración del castro-chavismo, que es una plataforma transnacional de Rusia, Irán y otros países. Eso se puede ver por el equipamiento ruso y el respaldo de la dictadura a las acciones de Rusia y Ucrania”, dijo Berzaín.
Además, llamó a la oposición a “juntarse”, sin ánimos de imponer posturas ideológicas.
“Esta no es una cuestión ideológica, sino existencial. Tiene que ver con la patria, el retorno de los exiliados y que rindan cuenta los criminales”, añadió.
El espíritu de abril sigue vivo
Por su parte, el periodista Luis Galeano, director del programa Café con Voz, señaló que el Espíritu de Abril continúa vivo y que por esta razón la dictadura ha encarcelado e incrementado la represión en vísperas de la conmemoración del cuarto aniversario de la rebelión de abril.
“La sangre que se derramó hace cuatro años es un pacto que el pueblo de Nicaragua ha asumido y es un parto que sigue en un proceso doloroso que va a dar como resultado el nacimiento de una nueva sociedad”, dijo.
En ese sentido, Galeano señaló que gracias a la rebelión de abril, la dictadura fue desenmascarada a nivel nacional e internacional.
“La dictadura ha matado, encarcelado y exiliado en busca de asfixiar a un pueblo que se resiste y que no se doblega. Si no hubiera sido por esa rebelión, los planes de la dictadura hubiese alcanzado su objetivo”, añadió.
Madres de abril no pierden las esperanzas
Por otro lado, Susana del Carmen López, madre de Gerald Vásquez, asesinado por la dictadura sandinista en 2018, aseguró que las madres de víctimas aun tienen la esperanza de que haya justicia en el país.
“Para esta fecha, mi hijo todavía estaba vivo, pero el 19 de abril empezaron a morir. El gobierno no ha reconocido que siguen cometiendo crímenes de lesa humanidad”.
También se dirigió al exembajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields, animándolo a seguir en la lucha.
Todos estamos pagando las consecuencias. Le dijo a McFields que un día tendremos justicia y democracia para Nicaragua porque como madres no hemos perdido las esperanzas. Abril tiene rostros y Daniel Ortega quiso borrar la memoria, pero las madres no nos rendimos ni nos rendiremos.