El obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio Báez, hizo un llamado a no desfallecer ante los escenarios sombríos y difíciles que viven sociedades como la nicaragüense, en donde los que ostentan el poder de manera dictatorial, quieren sembrar con acciones de injusticia y persecución, la impresión de que no hay nada que hacer contra ellos.

«Quienes dominan a los pueblos siembran desesperanza y desencanto para provocar miedo y debilitar la solidaridad y la generosidad.  En estos momentos no hay que desfallecer», dijo Báez en su homilía de domingo en la iglesia Santa Agatha en la Florida.

Monseñor Silvio Báez, dijo que Jesús hablaba siempre en parábolas, porque pretendía cambiar el modo de pensar de sus oyentes. «Cada parábola contiene una novedad,una sorpresa sobre Dios que hay que saber captar. Las parábolas del evangelio nos permiten ver a Dios con los ojos de Jesús», explicó.

Al refeirse al evangelio del domingo, el obispo dijo que en el mismo hay dos pequeñas parábolas nacidas de la observación atenta de Jesús al trabajo agrícola que realizaban los campesinos en Galilea. A Jesús le llamaba la atención la fuerza misteriosa que se escondía en las semillas, que puestas bajo tierra se muestran sorprendentemente fecundas. Enterradas parecen pudrirse, morir, pero es en ese momento cuando liberan una fuerza vital extraordinaria. Al ver lo que ocurría con la siembra, Jesús pensaba en Dios, en su modo de intervenir en la historia y en la forma en que su amor se revela en el mundo.

Báez añadió que la parábola enseña que estamos llamados a hacer todo lo que podamos, todo el bien posible, pero con la conciencia de que la obra es de Dios y que es él quien nos asegura que ninguno de nuestros esfuerzos por sembrar el bien se perderá.

«Dios actúa en forma irresistible, independientemente de nuestros esfuerzos imperfectos, y por caminos y formas desconocidas para nosotros, más allá de nuestra lógica y de nuestras previsiones», dijo monseñor Silvio Báez.

«La parábola -sostuvo- nos enseña que, aunque Dios parezca ausente, en realidad siempre está actuando misteriosamente. A veces de modo imperceptible y silencioso. No hay que hundirse, ni quebrarse. La confianza en la acción discreta pero poderosa del Señor debe sostener continuamente nuestros esfuerzos».

No quebrantarse ante la adversidad

Monseñor Silvio Baéz, señaló que la mayor contribución en las transformaciones sociales, es el dinamismo que brota de la fe. «Hay que confiar en el poder irresistible de la bondad, de la verdad y de la justicia, y contagiar de esta confianza a los demás», recomendó.

«La semilla del Reino de Dios germinará en una gran cosecha. Esto debe darnos ánimo para no perder la esperanza y no dejar de luchar. El amor y la fidelidad del Señor nos aseguran que será posible. Ser realistas no debe significar menor confianza en la acción amorosa de Dios», sostuvo.

La recomendación se da en medio de un ambiente de feroz represión y persecución de opositores en Nicaragua, con encarcelamientos de precandidatos a la presidencia y líderes sociales. Las últimas detenciones son las de la miembro de la Unidad Nacional Azul y Blanco Tamara Dávila, el sábado por la noche y este domingo se amenazaba con el encarcelamiento de Dora María Téllez y Ana Margarita Vigil. Nicaragua sufrió una larga noche oscura por cacería de la dictadura Ortega-Murillo

El obispo Auxiliar, dijo que el Reino de Dios no se abre camino en el mundo a través de la imposición y de la arrogancia, sino a través de la sencillez y la humildad. «El Reino de Dios no llega tampoco a través del poder y de la riqueza, sino a través de los pequeños, de los últimos, de quienes no son importantes a los ojos del mundo», dijo .

«Si creemos en esta ´economía de la pequeñez´ que Jesús nos enseña, no esperemos que los grandes de la tierra solucionen los problemas de nuestros países. Es mucho más confiable y eficaz la fuerza que tienen los pobres para soñar, organizarse y luchar por construir sociedades más justas», dijo monseñor Silvio Báez.

El obispo Auxiliar finalizó indicando que «no estamos llamados a ser héroes, sino personas sencillas que saben acoger el don de Dios con sus manos vacías y que no se cansan de llenar de vida y de luz todo, hasta los rincones más oscuros del mundo».

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