El Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio Báez, exhortó a la Iglesia Católica nicaragüense a no tener miedo y a no callar, pese a las adversidades que enfrenta el país centroamericano.

“No podemos volvernos “insípidos”, la Iglesia no puede ser “insípida”. Los cristianos nos volvemos insípidos si dejamos que el miedo nos haga vivir de espaldas a la realidad, si callamos la verdad en una sociedad dominada por la mentiras si permitimos que el pesimismo vaya carcomiendo la esperanza del pueblo”, señaló.

Báez señaló que nos volvemos insípidos si permitimos que las ideologías prevalezcan sobre nuestra fe y si colaboramos con nuestra indiferencia para que se siga imponiendo una normalidad forzada impuesta por las armas y el miedo.

“En cambio, los cristianos nos volvemos “sal” de la tierra en la sociedad cuando nos liberamos del miedo, optamos por la honestidad y renunciamos a la complicidad con los corruptos”, señaló.

El jerarca expresó que somos “sal” de la tierra si nos mantenemos libres frente a los ídolos del poder o del dinero, que corrompen y producen marginación.

“Somos “sal de la tierra” cuando no nos cansamos de ser solidarios con quienes son víctimas del poder injusto y no dejamos de elevar nuestra voz por ellos. En una sociedad dominada por el canibalismo, la irracionalidad violenta y la crueldad del poder, somos “sal de la tierra” cuando somos auténticos e incorruptibles, cuando introducimos compasión y bondad, cuando lloramos con quien llora, sembramos esperanza y somos factores de unidad y no de desintegración”, expresó el jerarca.

El religioso carmelita señaló que los creyentes están llamados a ser luz, pero no resplandecemos con luz propia.

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“Hemos sido iluminados por Jesús, que es la luz del mundo y es con esa luz que debemos brillar ante los demás. Por eso, los creyentes superficiales, de corazón apagado y vida mediocre, nunca podrán ser luz del mundo”, expresó.

“Tinieblas” a nivel social

Báez expresó que también a nivel social hay tinieblas densas y dolorosas que debemos iluminar.

“La tiniebla del miedo, que a muchos paraliza y los vuelve cómplices callados de la injusticia, debemos iluminarla con la luz de la confianza en Dios, en la verdad y en la justicia. La tiniebla del egoísmo, de quienes piensan solo en sus intereses o viven indiferentes ante el dolor de los demás, hay que iluminarla con la solidaridad, la caridad y el servicio humilde”, señaló.

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El jerarca señaló “la tiniebla del pesimismo”, que inevitablemente llega cuando después de luchar tanto tiempo no se consiguen los frutos esperados.

Además, criticó la división en la sociedad nicaraguense que hace imposible los cambios sociales necesarios.

“Hay que iluminarla con nuestra capacidad de escucha, con la renuncia a los propios intereses y fomentando la dinámica del diálogo y la búsqueda del bien común. Nuestra sociedad oscurecida necesita de la luz del Evangelio que transforma, sana y salva a quien lo acoge. Esta luz debemos hacerla resplandecer en las tinieblas”, dijo.

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