No dejarse arrastrar por la prisa, la desesperanza y la rabia es el ejemplo de San José, señaló este último domingo de adviento, el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio Báez, en su homilía desde la Iglesia Santa Agatha, en Miami.

“Su experiencia nos enseña que tenemos que aprender a afrontar las situaciones inesperadas y dolorosas de la vida sin quedar atrapados en la desilusión, sin caer en el victimismo y sin hundirnos en la tristeza”, señaló el jerarca. 

Báez dijo que hay que tomar distancia de los acontecimientos, considerar todos los aspectos y  no actuar apresuradamente, saber esperar. 

“Hay que reflexionar, escuchar y orar, sabiendo que el Señor está siempre a nuestro lado,” expresó.

Ejemplo de San José aplica a nivel social

El Obispo carmelita señaló que la experiencia de San José vale también a nivel social, frente a estructuras y situaciones injustas, “delante de las cuales nos sentimos impotentes e indignados, no debemos caer en la desesperanza, pensando que todo es inútil y no hay nada qué hacer”. 

“Tampoco debemos dejarnos arrastrar por la prisa y la rabia. Las decisiones apresuradas son casi siempre equivocadas. Delante del mal que se nos impone y nos quiere someter, no permitamos que se impongan los sentimientos negativos”, dijo el jerarca. 

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Ante esto, llamó a los creyentes a confiar siempre en la divina providencia de una forma serena y lúcida.

El jerarca llamó a los fieles a que “en esta Navidad, cuando contemplemos a San José, junto a la Virgen y al Niño en el pesebre, San José nos anime a soñar en grande, como lo hacía él, con los pies en la tierra y el corazón lleno de Dios”.

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Báez señaló que seguramente San José vivió una lucha interior muy grande y dolorosa luego de ver interrumpidos sus planes con el embarazo de la virgen María.

“¡Cuántas preguntas, cuántas dudas, cuánta incertidumbre! Sin embargo, no desesperó y al final confió totalmente en Dios”, dijo el jerarca.

Y apuntó que Dios no actúa solamente a través de los momentos luminosos y las experiencias agradables de la vida, sino que puede hacerse presente también a través de los sufrimientos, miedos, tristezas y debilidades.

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