Ayer y hoy, el sandinismo ha mantenido fricciones con la Iglesia Católica de Nicaragua. Actualmente, en el contexto de la persecución a líderes religiosos, la Iglesia se muestra silenciosa, pero en los años 80, frente al mismo Daniel Ortega, la Conferencia Episcopal de Nicaragua, era clara y contudente al señalar los ataques que sufría de aquella dictadura militar.

En esa funesta década, mientras Miguel Obando era el Cardenal y estaba la frente de esa Conferencia Episcopal de Nicaragua, se escribió en plena guerra, una carta a las conferencias episcopales del mundo, denunciando las injusticias de la primera dictadura sandinista.

Las diferencias entre este texto histórico y la realidad actual son mínimas.

Este es el texto completo de la carta enviada por la Conferencia Episcopal de Nicaragua a sus pares en el mundo, el 07 de julio de 1986.

Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, saludan fraternalmente a los Obispos de las Conferencias Episcopales del mundo y quieren campartir con ellos los sufrimientos y esperanzas de la Iglesia que peregrina en Nicaragua, solicitándoles sus oraciones y su solidaridad, al comunicarles lo siguiente:

1.— La situación de la Iglesia en Nicaragua se hace cada día más difícil, ante el aumento de presiones y amenazas de parte del Gobierno de la República:

a)La persona del Santo Padre Juan Pablo II y las de los Obispos del País son irrespetadas y calumniadas constantemente, a través de los Medios de comunicación gubernamentales. «Con especial empeño pretenden presentar a los Obispos como perseguidores de eclesiásticos y como aliados, seguidos de propiciadores de planes imperialistas de los Estados Unidos y al Santo Padre como ejecutor de dichos planes» (Cfr. Carta Pastoral del Episcopado nicaragüense, sobre La Eucaristía, fuente de unidad y reconciliación, 6 de abril, 1986).


b)Los sacerdotes fieles a los Obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, son visitados constantemente por miembros de la Seguridad del Estado, con la pretensión de separarles de sus Obispos, mediante halagos o amenazas. Igual estrategia se usa con los fieles para separarlos de sus Párrocos y presionarles para que se conviertan en informadores contra su misma Iglesia, amenazándoles con represalias contra ellos o contra sus familias, si no lo hacen.

c) En estos últimos siete años, la Iglesia se ha visto privada de dos Religiosas y 16 sacerdotes que han sido expulsados del país por el Gobierno Sandinista.

d)Un sacerdote nicaragüense, Mons. Bismarck Carballo, Director de Radio Católica y Vicario Espicopal de Medios de Comunicación, ha sido expatriado (28 de junio de 1986). Mons. Pablo Antonio Vega, nicaragüense, Obispo Prelado de Juigalpa, Vice-Presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, Miembro de la Pontificia Comisión Justitia et Pax, que se encontraba en su sede Episcopal, fue expulsado del país, el día 4 de julio de 1986.

e)Aumentan las dificultades hasta hacerse imposible conseguir la Visa de Residencia para sacerdotes, religiosos y religiosas que desean venir a trabajar pastoralmente a Nicaragua, en unión con los Obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua. Incluso, a las Religiosas de Madre Teresa de Calcuta, se les ha negado, después de un año de gestiones, la posibilidad de establecer dos Comunidades en Nicaragua. Los religiosos de la «iglesia popular» que vienen a trabajar a favor del gobierno, no tienen ninguna dificultad en este sentido.

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2.— El silencio a que se pretende someter la Iglesia es total, dentro como fuera del País:

a)No se le permite usar la televisión, desde el año 1981. Se censura documentación de la Santa Sede y de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, e incluso se ha llegado a impedir la publicación de la Carta del Santo Padre a los Obispos de Nicaragua (29 de junio de 1982), y sólo se publicó después de un tiempo, y acompañada de un Comentario ofensivo de la Dirección de Medios del Ministerio del Interior. Se prohibió la publicación de Comunicados y de la Carta Pastoral del Episcopado (6 de abril de 1986).

b)Se confiscó el Periódico Iglesia, órgano informativo de la Arquidiócesis de Managua, en fecha 12 de octubre, 1985.

c)Se confiscó la Imprenta donde se editaba dicho Periódico y la Hoja Parroquial que venía editándose, desde hace cerca de 8 años y que contenía los textos litúrgicos dominicales (14 de octubre de 1985).

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d) Se clausuró Radio Católica de Nicaragua, el 1º de de Enero de 1986, que venía siendo censurada desde hace varios años.

e)Se prohibió a los pocos Medios de Comunicación independientes, como La Prensa, clausurada el 26 de junio del presente año, publicar la homilía Dominical del Sr. Cardenal Miguel Obando y otros escritos y Declaraciones de Miembros de la Iglesia Jerárquica, y eso desde hace tres meses, mientras se permite y se fomenta la publicación de calumnias contra la Iglesia en los numerosos medios de comunicación gubernamentales.

f) Se presiona con amenazas de expulsión del país a quien exprese, dentro o fuera de Nicaragua, opiniones que el gobierno considere subversivas.

g) Se calumnia a la Iglesia, acusándola de no dialogar, sin tener en cuenta que durante el año 1985, se tuvieron una serie de conversaciones de las Comisiones Iglesia-Estado: l0 en total, y se han hecho numerosas propuestas de diálogo que han quedado muchas veces sin respuesta, como la última carta que con ese fin se envió al Gobierno, con fecha 2 de mayo del presente. 

h)La seguridad moral y física de Obispos, Sacerdotes, Religiosos y fieles es amenazada constantemente con escándalos, manifestaciones de «turbas», peticiones de muerte o expulsión del país, si persisten en la fidelidad a la Iglesia y en la defensa de los derechos humanos..

3.—La llamada «iglesia popular», que está totalmente al servicio de la causa del Gobierno es el arma más peligrosa usada por el mismo Gobierno para intentar dividir a la Iglesia (Cfr. Carta Pastoral del Episcopado nicaragüense, 6 de abril de 1986).

Estos sacerdotes y religiosas, miembros de la «iglesia popular» son repetidores a nivel internacional de las ideas y calumnias del Gobierno contra la Iglesia.

Pensamos que estos datos, incompletos, pueden ser útiles para que la verdad de lo que sucede a la Iglesia en Nicaragua sea mejor conocida. Unidos en la oración a Cristo y Maria, Conferencia Episcopal de NIcaragua. Crece el rechazo al secuestro de Monseñor Rolando Álvarez



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