La IX Cumbre de las Américas culminó el viernes en Los Ángeles, California, con los compromisos adquiridos por los países para afrontar retos urgentes como la migración irregular. La polémica por ausencia de representantes de regímenes autoritarios, fue un traspié desde el comienzo del evento organizado por el gobierno del presidente Joe Biden, que titubeó en si invitarlos o no, generando controversia por la posibilidad de ceder a presiones de quienes abogaron por su inclusión.

El secretario de Estado, Antony Blinken, explicó viernes al cerrar el evento, que confía que más países se sumen a la declaración que 20 naciones del continente americano firmaron para atajar la crisis migratoria de la región, una de las principales temáticas abordada en las diversas plenarias de la IX Cumbre de las Américas.

Blinken en una rueda de prensa al cierre del evento, reivindicó que es la «primera vez» en América que los países de origen, de tránsito y de destino de la miración se unen para «compartir su responsabilidad» en el reto migratorio.

«Veinte países se han unido y mi expectativa es que vendrán más conforme vaya pasando el tiempo», aseguró el secretario de Estado estadounidense.

Estados Unidos prometió ampliar hasta 20.000 su cuota de refugiados de las Américas para 2023 y 2024, con especial prioridad a los procedentes de Haití, mientras que el resto de naciones se comprometieron a facilitar vías legales para acoger a inmigrantes.

Blinken aseguró que uno de los principales principios de la declaración es fomentar una «inmigración segura», que garantice un trato «digno y humanitario».

Pero también compromete a todos los firmantes a «hacer cumplir las leyes» y deportar a los inmigrantes irregulares que lleguen a sus territorios.  

Los altibajos

A la IX Cumbre no asistieron los presidentes de México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Bolivia, además que no fueron invitados por Estados Unidos los dictadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Las críticas a Estados Unidos por las exclusiones de esas tres dictaduras, fueron parte del discurso de varios de los mandatarios caribeños que participaron en la sesión vespertina del viernes.

«El silencio de los ausentes nos interpela», dijo el presidente de Argentina, Alberto Fernández, el jueves en la plenaria en la que participaba el presidente Biden.

«Para que esto no vuelva a suceder, quisiera dejar sentado para el futuro que el hecho de ser país anfitrión de la Cumbre no otorga la capacidad de imponer un derecho de admisión sobre los países miembros del continente», añadió. Blinken: «Cuba, Nicaragua y Venezuela están en la Cumbre de las Américas»

“Lamento que las invitaciones a esta novena cumbre no fueron extendidas a todos los jefes de Estado”, dijo el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, quien además rechazó el embargo comercial a Cuba que tiene más de seis décadas de vigencia, al calificarlo de “una barrera a la paz y la amistad en este hemisferio”.

A estos dos reclamos también se unieron los líderes de Bahamas, Philip Davis y de Barbados, Mia Mottley.

La Declaración de Los Ángeles

El documento conocido como la Declaración de Migración de Los Ángeles, fruto de esta IX Cumbre, es una hoja de ruta para que los países acojan a un gran número de migrantes y refugiados.

El texto es el resultado del trabajo conjunto de Estados Unidos y los países de la región. Incluye un compromiso de todos los gobiernos -a lo largo de la ruta migratoria– para establecer y fortalecer un programa de asilo en cada uno de sus respectivos países.

Este documento con objetivos y acciones concretas, parece ser el principal logro de la IX Cumbre de las Américas, pese a la ausencia de controversiales figuras como el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y varios gobernantes del norte de Centroamérica, que lideran la lista de los principales emisores de migrantes irregulares hacia Estados Unidos.

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