Este 16 de mayo se cumplen cuatro años del inicio del primer Diálogo Nacional, a raíz de la crisis sociopolítica desatada en abril de 2018. El primer intento de diálogo, organizado a solicitud de la dictadura por la Conferencia Episcopal, tuvo como resultados el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH y poner al desnudo la brutalidad de la dictadura ante el mundo.

“Hace 4 años nos formamos como Alianza Cívica, en medio de nuestros requerimientos de libertad, justicia y democracia, hemos pasado muchas dificultades, pero seguimos trabajando por Nicaragua”, señaló la Alianza Cívica en su cuenta de Twitter.

La oposición no tenía representantes al ser aliada del sandinismo. Ante esto, la Conferencia Episcopal tuvo que asignar interlocutores a la dictadura, conformando la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.

La primera sesión fue bastante acalorada. Fue la única a la que se presentó el dictador nicaragüense, Daniel Ortega, y la vicedictadora, Rosario Murillo.

«Hemos decidido estar en esta mesa para exigirles ahorita mismo que ordene el cese inmediato de los ataques que están sucediendo en el país. Esta no es una mesa de diálogo, es una mesa para negociar su salida, y lo sabe muy bien», dijo el líder estudiantil Lesther Alemán, hoy secuestrado político.

Dictador incómodo durante primera sesión del Diálogo

Dolly Mora, integrante de la Alianza Universitaria de Nicaragua, AUN, recuerdó cómo Lesther Alemán, interrumpió el protocolo de la primera sesión para increpar al dictador.

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“Un 16 de mayo hace 4 años Lesther Alemán se convierte en la voz de Nicaragua y el sentir nacional en ese momento tan duro en que la reprensión en contra de jóvenes estudiantes y ciudadanos estaba en su máxima. Hoy Lesther es preso político y está condenado de manera injusta”, expresó Dolly Mora, de AUN, en su cuenta de Twitter.

Otra estudiante le leyó al dictador los nombres de 55 de los que calificaron como «sus muertos», con sus compañeros gritando «¡Presente!» después de cada uno de ellos. Además, declamaron un poema escrito por Rosario Murillo, a raíz de la muerte de su primer hijo en el terremoto de Managua de 1972.

La respuesta de Ortega  fue rechazar las acusaciones de que la policía había reprimido las manifestaciones con violencia.

«Claro que nos duelen las muertes. La muerte de un solo ciudadano nos duele. La muerte de un nicaragüense de forma violenta, cualquier que sea la forma violenta, nos duele», dijo Ortega, quien nunca tuvo voluntad de dialogar y usó el encuentro para bajar tensiones reagrupar a su vieja militancia y salir a matar en la “operación limpieza”.

Ortega suspendió el diálogo y tacho a los obispos de golpistas

Las sesiones se suspendieron poco después de un mes, cuando la Conferencia Episcopal presentó a la dictadura una agenda que contemplaba la democratización del país. El dictador tomó esta agenda como un “intento de golpe de Estado”.

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“Hoy hace 4 años inició el Diálogo Nacional con los obispos de Nicaragua como mediadores y testigos. Entregamos de corazón nuestras capacidades y nuestro tiempo por el bien del país. Fuimos mediadores, pero sin renunciar a ser pastores. Se impuso la mala voluntad de la dictadura”, expresó el Obispo Auxiliar Silvio Báez.

Báez fue increpado en 2018 por periodistas oficialistas que lo acusaron de ser parte de la oposición. En abril de 2019 a petición del Papa Francisco, tuvo que salir del país a un exilio involuntario.

“El 16 de mayo de 2018 nos convocaron a la mesa negociación solicitado por el régimen ORMU a la iglesia. El obispo qpd Ziwyc me dijo, le pongo en sus manos unas papas caliente. Debo admitir q no dimensione el alcance. No hubo voluntad política. El resultado asesinatos, encarcelados y exilio”, dijo Daisy George, líder caribeña.

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