La dictadura sandinista mantiene las pésimas condiciones a los secuestrados políticos en los distintos centros de detención del país, según un informe del Mecanismo para el reconocimiento de Personas Presas Políticas, lo que agrava sus condiciones de salud.

De los 167 secuestrados políticos en el contexto de abril de 2018, 1 persona tiene menos de 20 años, 72 personas entre 20 y 34, 41 entre 35 y 49 años, 38 personas entre 50 y 64 y 16 entre 65 y 79 años de edad.

El pasado fin de semana, la dictadura anunció a través de un comunicado del Ministerio Público, a su servicio, que excarceló a tres secuestrados políticos debido a sus graves problemas de salud.

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Los secuestrados que cambiaron de régimen a casa por cárcel son: Arturo Cruz, Francisco Aguirre Sacasa y José Pallais Arana.

Según el doctor Carlos Duarte, especialista en cardiología y pediatría, estos secuestrados políticos se enfrentan a un drástico cambio que producirá efectos colaterales en sus familiares.

Salir de la prisión, ¿qué significa en la salud de personas de la tercera edad como José Pallais, Arturo Cruz y Francisco Aguirre Sacasa?

La tercera edad es una condición muy especial, porque el ser humano se vuelve vulnerable a cualquier cosa, tanto enfermedades físicas como mentales. Solo el hecho de ser de la tercera edad, lo ubica en un riesgo alto frente a cualquier cosa que tenga que ver con la salud, que es un entorno completo, según la Organización Mundial de la Salud.

También tenemos el efecto de las enfermedades crónicas y degenerativas que han venido adquiriendo producto de la calidad de vida y la longevidad. Entre estas tenemos la diabetes, que es una enfermedad muy compleja, porque genera presión alta, colesterol alto, problemas estomacales e intestinales, problemas en el riñón, corazón y cerebro.

En el caso del diabético, este paciente puede llegar a necesitar insulina, que debe ser regulada, muchas veces, diario, cuando es difícil el tratamiento.

Cuando no hay una atención médica adecuada, que comienza con un análisis de la orina, el azúcar, regular la calidad del alimento, se producen efectos nocivos que pueden descompensar a cualquier persona.

Si por acá nos detiene un policía y nos pide un documento, en ese momento a cualquier persona se le sube el azúcar y la presión. Ahora, imagínate que te digan que vas detenido y que no sabés cuanto tiempo. Ahí tenés que las condiciones psicológicas también alteran la parte física, que hacen más difícil los tratamientos.

¿Entonces es un cóctel tóxico en personas de tercera edad que puede llevar a la muerte?

Claro, de hecho los programas para personas privadas de libertad en todo el mundo, incluyen atención médica. Por ejemplo, asesinos y criminales famosos en el mundo, recibieron el trato adecuado, como el Chapo Guzmán, sin ánimos de comparar. Simplemente para poner un ejemplo.

Estamos hablando que a criminales internacionales como Fariñas o el caso de los falsos Televisa se les dio otro trato muy distinto a los secuestrados políticos….

La condición ya sabemos cuál es, pero el hecho es que tienen un trato inhumano y que se sale de cualquier precepto que pueda mantener a cualquier ser humano en la condición en que están.

Ellos están sometidos, no solo a la privación de libertad, sino que una tortura continua y permanente que se vuelve, para las enfermedades y su edad, un círculo vicioso que produce que esas enfermedades se expresen de manera más fuerte. Es decir, que su condición se agrava.

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Ellos merecen sus medicamentos que tomaban y posiblemente, nuevos medicamentos porque las enfermedades son dinámicas. Tiene que haber una calidad de atención básica al menos.

La Fiscalía dice que hay un médico chequeándo su salud, e incluso, en el caso de Hugo Torres.

Una persona puede entrar con una condición médica y adquirir otra en la cárcel. También se agrava esto cuando el entorno es hostil y hay un trato inhumano sin posibilidad de atención de calidad.

Tal vez tienen un médico cubano o algún rotondero graduado de médico y si me lo permiten, puedo examinar a esos doctorcitos para ver si saben realmente.

No creo que tengan una atención calificada. La atención médica debe tener una calificación y esto no tiene nada que ver con política sino con la academia, el conocimiento, la capacidad de discernir, para tomar decisiones a favor del paciente.

¿Qué efectos colaterales a la familia puede generar esto?

Imaginate todo el pánico o el temor que llevan a sus hogares, comenzando de que les apliquen la “ley fuga”. Todo esto hace que su salud mental no esté óptima por el miedo a morir por la enfermedad de base y por los tratos inhumanos.

Todo esto se vuelve en un daño colateral, porque la familia sufre también, pero son las consecuencias de todo esto en las cárceles.

Otra cosa que no se evalúa en las cárceles es la salud oral, que son detalles que pueden ocurrir diario. Si ya tenías una condición de tratamiento para los dientes, obviamente no lo vas a tener, provocando que el deterioro sea marcado y acelerado.

¿En el caso del profesor Edgar Parrales, que no tiene uno de sus intestinos y padece de otras enfermedades?

El hecho de tener una cirugía en el intestino que haya removido una parte, da una condición muy delicada en la que se debe tener un cuidado específico en alimentación. Esto significa que se gasta dinero en medicamentos y en alimentos adecuados para que el intestino no se obstruya.

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El intestino ya no es el mismo, sumando que es una persona de la tercera edad, entonces hablamos de algo de mucho cuido.

Todos los presos han bajado de peso, ¿qué significa esto para su salud?

El ser humano no puede bajar de peso bruscamente y menos padeciendo hambre, porque se producen daños en los riñones, estómago e intestino.

Nosotros tenemos un mecanismo de defensa que produce daños al mismo organismo. La cirrosis puede ser un resultado de una persona que pasa hambre. Es infame aplaudir la reducción de peso a través del hambre.

Cuando se quiere bajar de peso se usa la ciencia de forma ordenada, no sometiéndose a hambre.

No es verdad que salís y en tres semanas recuperás el peso, porque hay un daño en todo el organismo que tiene graves consecuencias.

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