Vivimos en un mundo en el que quien dice la verdad indudablemente será perseguido y silenciado, señaló el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio Báez, durante su Homilía de este domingo desde la Iglesia Santa Aghata en Miami.

“En un mundo de mentiras, quien dice la verdad es perseguido y silenciado; en un mundo de injusticias, el justo es repudiado y hasta condenado a muerte. Por eso muchos piensan que es mejor callarse, que es mejor no buscarse problemas, que es más prudente actuar como si no hubiéramos visto nada y evitar decir cosas que puedan disgustar a los poderosos”, señaló Báez en su homilía.

El jerarca católico en el exilio desde 2019, exhortó en su homilía a colaborar para cambiar el mundo, sin permitir condicionamientos de intereses mundanos ni el miedo.

 “Pero si queremos actuar con la valentía y la libertad de las bienaventuranzas y colaborar a cambiar el mundo, no podemos dejarnos condicionar ni por intereses mundanos ni por el miedo”, dijo Báez.

Báez: «Los pobres son bienaventurados»

En el Evangelio del domingo, tomado de San Lucas, Jesús señala que los pobres, desdichados e infelices son bienaventurados, pero no porque sean buenos, sino por su condición.

Además, refirió que los problemas del mundo no recaen en los pobres, sino en los poderosos que acumulan riquezas injustamente.

“Jesús no llama dichosos a los pobres, porque un día llegarán a ser ricos. No cambiaría nada.  El proyecto de Dios es más profundo. El mundo no llegará a ser mejor gracias a los que acumulan riqueza. No son los pobres el problema del mundo, sino los ricos”, dijo Báez.

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“Igualmente, tampoco el problema del mundo son las víctimas que sufren humillación y tortura, sino los opresores y los verdugos que provocan sufrimiento”, añadió.

También afirmó que quienes ponen a disposición sus bienes para el beneficio de los demás, serán bienaventurados.

“Seremos dichosos si usamos los bienes de este mundo sin convertirlos en ídolos a los que adoramos, sino que más bien los compartimos con los que menos tienen y pasan necesidad”, señaló.

Se necesita una iglesia menos diplomática

Además, meditando el evangelio de este domingo, tomado del capítulo 6 del Evangelio de Lucas, refirió que la Iglesia necesita ser más profética y no tener miedo a los poderosos.

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“¡Dichosa una Iglesia que es más profética que diplomática! ¡Dichosa una Iglesia que no vive para sí misma, ni teme a los poderosos, sino que se pone al servicio de la dignidad humana y la liberación de los pobres! ¡Dichosa una Iglesia que es tan pobre que solo confía en Dios! ¡Dichosa una Iglesia que, viviendo las bienaventuranzas, siembra luz, vida y esperanza en medio del mundo!”, dijo Báez.

El Jerarca se refirió al rol de la Iglesia al mencionar las lamentaciones en el mismo evangelio, específicamente la que critica a quienes desean quedar bien con todo el mundo.

“Ciertamente que es más cómodo quedar bien con todo el mundo y más rentable halagar a los grandes que puedan concedernos prebendas y privilegios”, añadió.

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