El martes 26 de octubre, continuaron las largas filas de nicaragüenses en los puestos de vacunación al sur de Honduras, para inocularse con la vacuna Pfizer, ante la decisión del régimen de Daniel Ortega de suministrar las vacunas rusas (Sputnik V y Sputnik Light) y las cubanas (Soberana 1 y 2 y Abdala)

Una ciudadana nicaragüense reveló a Café Con Voz bajo condición de anonimato, que las filas para inocularse en San Marcos de Colón, en el departamento de Choluteca, Honduras, son kilométricas.

“Nosotros pasamos por la frontera del Espino. Pasamos de madrugada este lunes. Hubo gente que decidió pasar por puntos ciegos porque en un momento estuvieron pidiendo la prueba de Covid”, dijo la ciudadana.

“Tenés que aguantar bastante para hacer fila. Tenés que venir mentalizado que vas a esperar casi todo el día y venir preparado”, añadió.

«Nosotros viajamos en vehículo propio hasta la frontera con Honduras desde el lunes en la noche, pasamos la frontera en la madrugada y entramos en la fila como de tres kilómetros, al mediodía del martes ya nos habíamos vacunado con Moderna», dijo otro de los connacionales.

Baja concurrencia a puestos de vacunación en Nicaragua

Mientras tanto continuó la jornada de vacunación a niños mayores de dos años y jóvenes mayores de 18. No obstante, las filas fueron menos extensas que cuando el Minsa anunció la vacunación a mayores de 30 años con la vacuna AstraZeneca.

Al respecto, la Asociación de Médicos Nicaragüenses en el Exilio (AMEN), conformada por médicos en el exilio debido a la represión gubernamental, se pronunció en rechazo a la aplicación de las vacunas de origen ruso Sputnik V, Sputnik Light; y las cubanas Soberana 1 y 2 y Abdalá, que no han sido aprobadas por la Organización Mundial de la Salud, OMS.

“De manera irresponsable, el Gobierno de Nicaragua está ofreciendo a los padres de familia de Nicaragua, las vacunas cubanas Soberana 1 y 2 y Abdala, las cuales aún están en fase experimental para poblaciones adultas, careciendo de ensayos científicos adecuados para los niños”, dice parte del comunicado.

También reiteraron que el suministro de los fármacos viola las normas bioéticas.

“En ausencia de información científica adecuada, la oferta de vacunas a los padres de los niños nicaragüenses, se convierte en un experimento, que viola las normas bioéticas ya que no se les indica a los padres que estas vacunas aún están en etapa experimental”, añade el comunicado.

Honduras busca “coordinar” con Nicaragua lo de las vacunas

Por otro lado, el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, detalló este lunes 25 de octubre en su cuenta oficial de Twitter, que la Secretaría de Salud de Honduras, intentará coordinar con las autoridades sanitarias de Nicaragua las jornadas de vacunación en los puestos fronterizos de ambas naciones centroamericanas.

“La solidaridad y hermandad de los hondureños traspasa las fronteras. Habilitamos un punto de vacunación en frontera con Nicaragua para aplicar de 250 a 500 dosis al día contra el Covid-19 a nuestros hermanos nicaragüenses”, señaló Hernández. Además detalló que se habilitaron más puestos de vacunación para evitar aglomeración.

“He instruido a la Secretaría de Salud, Migración y Aduanas,para que puedan establecer puntos de vacunación en las comunidades para que la gente no esté aglomerada”, añadió el mandatario hondureño.

Hasta el momento el Ministerio de Salud del régimen de Ortega y Murillo, no se ha referido al flujo de nicaragüenses que buscan vacunarse en Honduras.

La dictadura inició este lunes 25 de octubre, la vacunación de niños de 2 a 17 años suministrando los fármacos cubanos y de 18 a 30 años, aplicando la vacuna rusa Sputnik Light, al mismo tiempo que miles de nicaragüenses salen hacia Honduras para inocularse con la vacuna Pfizer. Lea Aquí los nuevos requisitos de vacunación para extranjeros que viajen a EE.UU

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