El obispo Silvio Báez, Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, afirmó éste domingo que los ataques en contra de la Iglesia Católica de parte de los poderosos, no tendrán como resultado el silencio de la verdad, de la defensa de la dignidad de las personas y la denuncia de las injusticias.

Desde la iglesia de Santa Agatha en Miami, el obispo Silvio Báez, dijo en su homilía que la Iglesia comienza a evangelizar cuando trata de afrontar los diversos desafíos que se le pueden presentar en su misión, por decir las verdades por mucho que molesten.

Esto en base al pasaje del Evangelio en el cual Jesús les dijo en palabras duras a los discípulos que su “carne” es verdadera comida y su “sangre” es verdadera bebida, lo cual le pareció a sus seguidores un «lenguaje duro», porque a pesar de que llevaban varios meses conviviendo con él, no terminaban de entender lo que el Maestro les decía.

Ante la dificultad de aceptar las palabras de Jesús, “desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron atrás y ya no querían andar con él” (Jn 6,66). Monseñor Báez dijo que seguramente a Jesús le dolió aquella deserción de muchos de los que le seguían, pero no se echó atrás, sino que más bien completó su discurso sobre el pan bajado del cielo, aludiendo veladamente al misterio aún mayor de su glorificación a través de la elevación en la cruz: “¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería si vieran al hijo del Hombre subir adonde estaba antes?” (Jn 6,62). Jesús no teme decirles toda la verdad, aun corriendo el riesgo de que otros muchos lo abandonen», explicó el Obispo.

La Iglesia no debe disimular ni ignorar problemas sociales

En ese sentido, el prelado profundizó en que la Iglesia evangeliza con los ojos abiertos a la realidad, pero con el corazón fortalecido por la luz y el consuelo de Dios. «La Iglesia sabe que no es sano disimular las dificultades, negar las crisis u ocultar artificialmente los problemas. De este modo, todo se vuelve más complejo y difícil de manejar», dijo.

«Los conflictos -añadió- no deben ser ignorados o disimulados. Han de ser asumidos, incluso padecidos, atentos a no dejarnos atrapar por ellos, sino viviéndolos como ocasión para crecer en la fe y la fidelidad al Señor».

Asimismo el obispo Silvio Báez, dijo que la fidelidad de la Iglesia a la verdad del evangelio muchas veces le trae como consecuencia que muchos la abandonen, la calumnien y la ataquen. «La defensa de la dignidad de la persona humana y la denuncia de la injusticia, que son parte esencial de su labor evangelizadora, casi siempre le acarrean a la Iglesia amenazas y persecución de parte de los poderosos de turno», aseguró.

«En esos momentos, a imagen de Jesús, la Iglesia permanece fiel a Dios con confianza inquebrantable, sin temor, sin doblegarse ante ningún poderoso de este mundo, sin negociar la verdad, ni preocuparse de perder privilegios en la sociedad», recalcó.

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El obispo Auxiliar, dijo entonces que la Iglesia fiel a esa misión, debe estar dispuesta a asumir las consecuencias y costos. «Aun sufriendo, al constatar que muchos se alejan y la atacan, la Iglesia no conoce ni la amargura del resentimiento ni la fuerza maligna de la venganza, sino que actúa siempre con mansedumbre y misericordia, sin renunciar jamás a la caridad y al perdón sin límites», dijo.

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