Bob Menendez y Marco Rubio - Cortesía

Los senadores Bob Menéndez y Marco Rubio, enviaron una carta al secretario de Estado, Anthony Blinken, solicitando más sanciones contra los representantes de la dictadura de Ortega y Murillo, pero hicieron hincapié en que las mismas alcancen a sus cómplices en Nicaragua.

Honorable Antony J. Blinken Secretario de Estado
Departamento de Estado de los Estados Unidos
2201 C Street, N.W.

Washington, D.C. 20520, Estimado Secretario Blinken:

La situación en Nicaragua se está deteriorando a un ritmo alarmante y requiere una acción continuada por parte de la administración Biden. El régimen de Ortega está llevando a cabo una represión generalizada con el objetivo de derribar las esperanzas de unas elecciones libres y justas en noviembre y consolidar una tercera dictadura en las Américas. Esta toma de poder autoritaria plantea desafíos directos a la seguridad nacional de Estados Unidos y a la estabilidad regional, y suscita una profunda preocupación entre los nicaragüenses-americanos en Estados Unidos. La situación debe ser enfrentada con una respuesta coordinada de la comunidad internacional.

La semana pasada, el régimen de Ortega ha encarcelado indiscriminadamente a líderes de la oposición política, del sector empresarial y de la sociedad civil a un ritmo acelerado. El régimen encarceló arbitrariamente a los candidatos presidenciales Arturo Cruz, Félix Maradiaga y Juan Sebastián Chamorro, y puso a la candidata Cristiana Chamorro bajo arresto domiciliario por cargos espurios. Utilizando un lenguaje reciclado de la década de 1980 para justificar una creciente campaña de represión, el régimen de Ortega está silenciando sistemáticamente las voces democráticas que critican sus acciones autoritarias. Los líderes de la oposición, la sociedad civil y el sector privado deben ser liberados inmediatamente.

En 2018, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley de Condicionalidad de las Inversiones en Nicaragua, que proporcionó al poder ejecutivo la autoridad y la responsabilidad de imponer sanciones específicas a los funcionarios nicaragüenses que están socavando la democracia en ese país. El anuncio de la administración Biden de nuevas sanciones selectivas contra Daniel Ortega y la hija de Rosario Murillo y tres de los operadores financieros y políticos del régimen marca una respuesta importante, pero se necesitan medidas adicionales.

En marzo, presentamos la Ley bipartidista de Refuerzo de la Adhesión de Nicaragua a las Condiciones para la Reforma Electoral (RENACER), que establece pasos claros para la política de Estados Unidos y proporciona una hoja de ruta para las acciones que la administración Biden puede tomar hoy para hacer frente a la represión del régimen de Ortega. En primer lugar, tenemos que alinear la diplomacia de Estados Unidos y nuestras sanciones selectivas para responsabilizar a los funcionarios del régimen que han desmantelado las perspectivas de elecciones democráticas en Nicaragua. Este enfoque debe coordinarse con nuestros socios más cercanos en Canadá y la Unión Europea; nuestras sanciones son más eficaces cuando se alinean con las acciones de nuestros aliados.

En segundo lugar, Estados Unidos debe fortalecer su enfoque para hacer frente a la corrupción y la cleptocracia perpetrada por los miembros del círculo íntimo del régimen de Ortega y sus facilitadores.incluyendo a la familia del presidente y del vicepresidente. El Departamento de Estado cuenta con herramientas para garantizar que las personas que facilitan las fechorías financieras del régimen ya no sean bienvenidas en Estados Unidos. Por último, debemos ampliar la supervisión agresiva de los préstamos multilaterales a Nicaragua para asegurarnos de que el régimen de Ortega y sus facilitadores no se beneficien de los préstamos multilaterales, al tiempo que se salvaguarda el apoyo a las necesidades humanitarias del pueblo nicaragüense.

Mientras los países de las Américas se preparan para reconocer el vigésimo aniversario de la Carta Democrática Interamericana en septiembre, debemos ampliar los esfuerzos de Estados Unidos para abordar el desgaste del consenso democrático en nuestro hemisferio. Utilizando los principios esbozados en los artículos 20 y 21 de la Carta, le insto a trabajar con la Organización de Estados Americanos y el Secretario General Luis Almagro para enviar una señal clara de que los Estados miembros de la OEA rechazan el asalto a la democracia del régimen de Ortega y piden la liberación inmediata de los líderes de la oposición, la sociedad civil y el sector privado en Nicaragua.

Gracias por la atención prestada a este asunto urgente y por utilizar todas las herramientas diplomáticas disponibles para enviar un fuerte mensaje de apoyo de Estados Unidos a la democracia en nuestro hemisferio.
Sinceramente,

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