La participación del Ejército Sandinista en la represión y asesinatos en contra de manifestantes anti régimen sandinista, poco a poco saldrá a luz, pues existen testimonios de oficiales de esa organización que fueron convocados para salir a las calles junto con paramilitares y masacrar a la población desarmadas, aseveran expertos.

La complicidad de las Fuerzas Armadas sandinistas en la violenta represión de abril de 2018, que fue confesada por el exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y negada por los altos mandos militares, poco a poco saldrá a luz, pues, de acuerdo con investigaciones independientes de periodistas y centros de pensamientos centroamericanos, existen testimonios directos de militares que fueron convocados por inteligencia del cuerpo castrense para salir a las calles y reducir a sangre y fuego, junto con paramilitares, a los manifestantes anti régimen de Ortega.

Una investigación llamada “Los militares en la represión política de Nicaragua”, concluida en enero pasado por un centro de pensamiento centroamericano, devela la participación del Ejército en las represiones en contra de manifestantes que se sublevaron contra unas fallidas reformas a la Ley de Seguridad Social y que luego se convirtieron en demandas de justicia por el asesinato que provocó la orden del “vamos con todo”, enviada por Rosario Murillo, a todas las instituciones del Estado, dando luz verde para asesinar a la población desarmada, bajo el argumento de no dejarse robar su revolución de 1979, cuando por medio de las armas, quitaron del poder a la familia Somoza, tras 40 años al frente del Estado.

De acuerdo con el especialista en temas de seguridad y defensa, Javier Meléndez, la complicidad del Ejército Sandinista en la matanza entre abril y septiembre de 2018, ha sido evidenciada por el testimonio de militares que actualmente forman parte de la institución y otros ex uniformados, pero por miedo a represalias, no autorizaron que se debelaran sus nombres.

“Nuestro trabajo donde se ha documentado la violencia en el campo, excontras en los últimos 30 años… principalmente está involucrado el Ejército; hay una cara visible como es paramilitares y policía, pero hay un rostro invisible en el tema de inteligencia, tácticas que es el Ejército; quien se atreve a hablar del ejército, paga unas consecuencias muy caras. Cuando uno señala, ellos reaccionan de manera muy agresiva, es bastante triste que esto suceda”, expresó Melendez.

En cuanto a la reacción del Ejercito Sandinista de negar su participación en la represión y aducir que son víctimas de campañas de desprestigio, el experto asegura que cuando haya libertad en Nicaragua, se van a aumentar los datos para esclarecer los casos, pues la gente estará dispuesta a dar información para no dejar en la impunidad la violencia desatada por el Estado.

“Nosotros tenemos muchas entrevistas, no solo de víctimas, sino de oficiales del Ejército, que fueron convocados para ser parte de la maquinaria de represión, y se hacia a través de sus órganos de inteligencia, muchos de esos oficiales están regados en Centroamérica, México, y hay algunos en Estados Unidos, estoy seguro de que va a llegar el momento en que toda esta gente va a hablar y vamos a poner estos nombres en el informe porque lo más triste es tener víctimas sin nombre y sin justicia”, manifestó.

Además, la Dirección de Investigación para la Defensa (DID), adscrita al Ejército de Nicaragua, junto al Comando de Operaciones Especiales (COE), proporcionaron información de los lideres de los tranques y que montaron un operativo para tomarse militarmente las ciudades y asesinar a los lideres de las protestas en cada territorio, concluye la investigación que todavía sigue abierta.

Asimismo, Melendez sostuvo en la entrevista central de Café con Voz, que los testimonios de los ciudadanos aducen que algunos militares fueron reconocidos en la “operación limpieza” y que fue confirmada por Ana Isabel Morales, exministra de gobernación en ese año (2018), cuando dijo a miembros del Consejo de Liderazgo Sandinista (CLS) que “se tenían que apoyar a la inteligencia del Ejército para montar puestos de vigilancia de interés operativo”.

“Después de eso esta señora desapareció del mapa, esta gente tiene un ADN maléfico, no es algo que se sacó de la manga, las operaciones que se dieron, fueron con toque y logística militar, eso lleva a concluir sin dudas la participación del Ejército”, agregó.

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Ni el Ejército ni Policía ha esclarecido el origen de los fusiles de alto calibre

De acuerdo con el abogado y defensor de derechos humanos, Gonzalo Carrión, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), mecanismo creado por la Organización de Estados Americanos (OEA) para investigar los sucesos de abril de 2018, estableció la participación de personal calificado para el uso de armas de alto calibre que disparaban con precisión de matar.

Por otro lado, Carrión sostuvo que en los vídeos e imágenes que circularon en las redes sociales y medios de comunicación, se observó a civiles armados de calibre pesado, con fusiles de guerra para asesinar a la población civil.

“Ni el Ejercito ni la policía, ninguna institución ha esclarecido el origen del armamento de guerra, quién disparo, cómo se disparó, de quién son esos fusiles, el Ejército apareció en instituciones, Alcaldías, ahí fueron como puestos de mando”, declaró.

Por otro lado, Carrión refutó el cambio de discurso del dictador Daniel Ortega cuando decía que los armados eran policías civiles, voluntarios, población en defensa, negando en todo tiempo que eran paramilitares y militares armados y calificados para el uso de armas de alto calibre.

“El Ejercito dice cosas para tratar de enganchar a la gente, en este período salen exhibiendo a los jóvenes que estaban en la zona de Costa Rica como delincuentes, narcotraficantes… en su libro blanco para responder al reclamo de doña Elea Valle, donde hablan que todas las ejecuciones en el campo son delincuentes comunes, y ahora dicen que todo eso le corresponde a la Policía Nacional”, agregó.

Según Melendez, el Ejército se encamina a un punto de no retorno, demostrando fidelidad a Ortega y dejando cerrada la posibilidad que añora la oposición, de que las Fuerzas Armadas de Nicaragua ayuden a la democratización del país.

Además, sostuvo que luego de la salida de Ortega del poder, quedarán operando a grupos paramilitares altamente armados bajo el amparo del Ejército, que seguirá plegado a las políticas del Frente Sandinista, a como se los ordenó el dictador sandinista cuando retornó al poder en 2007.

“El Ejército es el responsable de lo que pase en Nicaragua, ellos se han negado a desarmar a esos grupos aduciendo que ellos no tienen la capacidad para involucrarse en asuntos de seguridad interna… hago un llamado a los oficiales, suboficiales del ejército, a que piensen a alejarse de estas prácticas de violencia de sus instituciones, esos mandos van a ser acusados de crímenes de lesa humanidad, cuando haya que buscar responsables, los mandos van a apuntar a los perros flacos, los mandos medios y a oficiales”, advirtió.

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Solís es el principal testigo de complicidad de Ejército de Nicaragua en represión 

Las recientes declaraciones de Rafael Solís, exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), donde confesó que el tuvo en sus manos expedientes de Medicina Legal donde determinaba que las matanzas de parte de armados por parte del Estado en contra de población civil, iban dirigidas a la cabeza, pecho y cuello, lo hacen como el principal testigo y posible cómplice de la represión, coincidieron Carrión y Meléndez.

Para los dos expertos, Solís puede declarar a nivel internacional la complicidad del Ejército en la masacre desatada en el campo y la ciudad obedeciendo órdenes de Ortega.

Asimismo, los dos analizaron el vídeo recientemente difundido en las redes sociales, donde aparecen paramilitares recibiendo formación sobre tácticas militares ante “cualquier guerra”, proclamando consignas de fidelidad a Daniel Ortega y Rosario Murillo, diciendo “leales siempre, traidores nunca”.

“Daniel Ortega no está dispuesto a dejar el poder, quienes no conocen la lógica del poder de Ortega son inocentes, Ortega no está dispuesto a dejar el poder; el concepto de su poder no tiene que ver con la capacidad de seguirse enriqueciendo o no, significa en controlar, mandar, mi pensamiento es que ese vídeo no es una filtración casual, sino que un mensaje de decir «miren lo que les espera, plomo, balazos», necesitamos que el Ejército controle esa situación, no le veo una salida con sentido a lo que está pasando, el ejercicio de la violencia que tiene este régimen es incomparable, quizá es como la de los narcos de México, de Colombia”, aseveró Meléndez.

Para Carrión, en Nicaragua hay un tercer grupo armado bajo la cobija de la policía y el ejército, sin desmantelarlos y promoviendo la impunidad. Ese actuar, provocará más sanciones en contra del régimen sandinista, directamente a efectivos militares, quienes han estado detrás y de bajo perfil dando órdenes para asesinar a la población.

“Hay gente en Washintong D.C que quiere que eso suceda, puede llegar hasta a una fuerte sanción a las finanzas del Ejército en el Instituto de Previsión Social Militar (IPSM), el fondo público de inversiones del Ejército de Nicaragua”, agregó Meléndez.

“La demanda de justicia y de verdad está pendiente, las sanciones molestan, golpean el bolsillo e intereses de los sancionados y no al pueblo nicaragüense; veo la sanción como algo complementario, no la vemos como la solución definitiva, acciones complementarias que apuntan a violadores de derechos humanos”, manifestó Carrión.

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