Construir un ferrocarril metropolitano que recorrería entre Ciudad Sandino, Masaya, Granada y Managua y una carretera Costanera, son las muevas grandes promesas de campaña electoral del dictador Daniel Ortega de cara a las elecciones de noviembre próximo.

Ortega, quien jamás pudo cumplir ni la mitad del proyecto de construcción del Canal Interoceánico ni de una gran almacenadora de petróleos en el país, ahora aparece con nuevos sueños imposibles de cumplir porque serían necesarios cientos de millones de dólares para realizarlos, estudios y obras de infraestructura.

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La carretera Costanera desde la frontera con Costa Rica hasta Potosí, en Chinandega con extensión de 138 kilómtros, es una promesa que se viene repitiendo desde la administración de Enrique Bolaños y Arnoldo Alemán. Este último gobierno el país entre 1997 y 2002 y terminó acusado de fraude, lavado de dinero y corrupción por más de 200 millones de dólares.

La construcción de este ferrocarril también es una idea muy vieja y repetida durante la administración del entonces alcalde Dionisio Marenco, quien luego fue separado del partido por desafiar el poder de Ortega, quien en sus últimos años de vida y luego de 2018, se le vio públicamente apoyando al dictador.

Las nuevas promesas han sido publicadas en un documento de campaña en el que destaca los “logros” durante su administración 2007-2020 y presenta un Plan de Gobierno para el quinquenio 2021-2026. El documento se titula “Síntesis, plan de lucha contra la pobreza por el desarrollo humano sostenible 2021-2026 y logros históricos del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional 2007-2020”.

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Ortega será por séptima vez el candidato por el Frente Sandinista de Liberación Nacional desde que en 1990perdió el poder. “En la etapa actual de la Revolución Sandinista, el pueblo protagonista, facilitado por el buen gobierno basado en los valores y principios del propio pueblo, ha cosechado, después de tantos años de siembra en la lucha, significativos resultados sociales, ambientales, productivos y económicos”, indica el documento.

Sin embargo, la realidad económica indica que ninguno de estos proyectos será posible. Este año el Banco Central de Nicaragua proyecta un crecimiento de entre el 2.5% y el 3.5%, pero organismos internacionales hacen estimaciones de solo 0,2% de crecimiento. Además, desde el 2018 la economía enfrenta una dura crisis tras la represión de abril que dejó más de 300 civiles muertos.

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