La reunión para explorar la unidad entre la Coalición Nacional y la Alianza Ciudadana fracasó antes de darse. José Pallais, del consejo de la Coalición dijo a Café con Voz, que quedaron esperando que les confirmara la cita de hoy 9 de marzo a las 6 de la tarde, pero al final ni siquiera les contestaron por escrito ni les responden las llamadas telefónicas los delegados de la comisión política de la Alianza Ciudadana.

Pallais responsabilizó a Kitty Monterrey, presidente del partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), que es parte de la Alianza, de «haber desautorizado» a la comisión política para que tuvieran el acercamiento directo con la Coalición con el objetivo de unir electoralmente a las dos principales plataformas opositoras en Nicaragua.

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«La señora Kitty Monterrey no tiene voluntad de unir, sino de desunir, porque ella ya salió en un medio de comunicación reiterando que no quiere nada con la Coalición Nacional, lo cual es triste porque se antepone los intereses políticos de una persona, de querer controlar todo y excluir a grupo, cuando los nicaragüenses lo que exigen y esperan es una fuerza única para sacar al régimen de Daniel Ortega», señaló Pallais.

Ciudadanos por la Libertad se unió a la Alianza Cívica, que integran grupos surgidos de las manifestaciones de abril del 2018 contra el régimen de Ortega. 

CxL ambiciona ser el partido donde participe la oposición en las elecciones nacionales previstas para el 7 de noviembre del 2021, sin embargo su dirigencia es excluyente al rechazar a sectores con la excusa de que antes fueron aliados del sandinismo, aún cuando en las protestas sociales los de CxL no tuvieron ninguna incidencia.

Pallais aseguró que de parte de la Coalición «hemos dado muestras de buena voluntad» al aceptar «todas las condiciones que han puesto» los de la Alianza Ciudadana, incluso a los cuatro delegados para sentarse a conversar sobre la posible unidad.

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Monterrey, presidenta de CxL, ha despreciado incluso la mediación de la Comisión de Buena Voluntad, integrada por Carlos Tünnermann y Fabio Gadea, cuya labor es acercar a la oposición en un solo bloque para tener oportunidad de derrotar a Ortega en las elecciones. Monterrey dijo hace días al diario La Prensa, que «no es necesario a un tercero» interlocutor, como es la Comisión de Buena Voluntad, aunque sea la política quien boicotea la unidad de los opositores nicaragüenses.

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