Monseñor Silvio Báez.

Monseñor Silvio José Báez, obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, aprovechó su homilía del domingo, para recordar que no se puede priorizar el «clima de negocios» de un país a costa de su institucionalidad.

Báez al hablar del pasaje conocido como «la purificación del tiempo», relacionado al evangelio que recuerda lo que ocurrió cuando llegó al templo en Jerusalén y lo encontró hecho un mercado, señaló todavía hoy en nuestras sociedades muchos viven preocupados casi exclusivamente por lo que llaman “el clima de negocios”, olvidando la ética y la necesidad de los pobres.

«Allí donde se impone el afán de ganancia sin tener en cuenta a los más necesitados, no se deja sitio para el verdadero Dios», empezó diciendo Báez..

«Piensan que basta la ganancia económica de unos pocos para asegurar el futuro de un país. El crecimiento económico, sin valores éticos, sin compromiso en favor de los más pobres y a costa de la estabilidad institucional de la sociedad, no produce por sí mismo ni mayor inclusión social ni un estado de bienestar para todos», agregó Báez.

Indicó que al realizar en el templo operaciones financieras como el cambio de moneda extranjera, los dirigentes judíos habían convertido el templo de Dios en un banco, en donde cada uno buscaba su propio beneficio económico.

En Nicaragua una parte del sector privado y algunos políticos, han hecho énfasis en la necesidad de tratar de superar la crisis, porque solo así se mejorará el «clima de negocios». Algunos incluso hablan de buscar una negociación de convivencia con los representantes del régimen, señalados de cometer crímenes de lesa humanidad y que mantiene a más de 100 secuestrados políticos tras las rejas. oea reitera a ortega libere a secuestrados politicos y garantice elecciones de verdad

La corrupción y las fachadas religiosas

«Cuando entran en juego los intereses financieros y el afán de ganancia, surge inevitablemente la corrupción, la falta de sensibilidad hacia los pobres y el olvido de Dios. En aquel ambiente ciertamente no había lugar para Dios, que es Padre de todos y desea que nadie sea excluido», señaló el prelado.

Añadió que en aquel templo de Jerusalén solo la «fachada era religiosa», pues ahí nadie escuchaba a Dios y «su lugar había sido usurpado por el dios dinero». Báez, explicó que a los «negociantes del templo» solo les interesaba aumentar su riqueza y estar bien con los romanos que tenían el poder político.

«Cuando el dinero se vuelve un dios surgen personas y grupos que se aferran al poder por ansias de riqueza, mientras hay otros que apoyan sistemas injustos solo porque facilitan la economía de mercado y les permite enriquecerse aún más», señaló el obispo Auxiliar.

Con aquella acción Jesús, dejaba claro que Dios no podía estar encubriendo una religión llena de intereses y egoísmos que fortalecía un sistema social injusto.

Asimismo dijo que en el texto se habla del celo de Jesús por el templo de Dios, que lo llevó a correr a los mercaderes que negociaban en los corredores. «No es el celo fanático de quien agrede a los demás en nombre de una ideología o un sistema político, ni el celo absurdo de quien presume servir a Dios mediante la violencia».

«El celo por el Padre y por su casa lo llevará hasta la cruz. El término ´celo´ indica ardor, pasión. Jesús es un apasionado por la causa de Dios. El celo de Jesús es el celo del amor que lleva al sacrificio de sí, el celo de quien por amor llega hasta la entrega de su propia vida», añadió.

No convertir el corazón en un mercado

Báez exhortó a sus pares y a los feligreses, a estar atentos a no convertir los templos y parroquias en un “mercado”.Sostuvo la importancia de no poner como elemento principal, el precio a las acciones sagradas, ni hacer girar todo en torno a la ganancia económica.

«Estemos atentos a no convertir nuestro corazón en un ´mercado´. No vendamos nuestra conciencia al mejor postor, no perdamos nuestra dignidad solo por tener más, no actuemos en modo injusto o inmoral por afán de dinero», dijo.

«Estemos atentos a no convertir en un ´mercado´ nuestras relaciones con los demás. No nos aprovechemos de las personas, no busquemos solo el propio provecho, no hagamos las cosas por interés personal sino con amor generoso y solidario», finalizó. 

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