El obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio Báez, exhortó este domingo a que se superen las exclusiones sociales,que se soportan en sectarismos, porque una sociedad basada en esos patrones “no tiene futuro”.

“El sectarismo, la división y la descalificación dañan profundamente la convivencia. La sociedad es más sana cuando se rompen las distancias y aprendemos a escucharnos y a acogernos con respeto”, dijo Báez en su homilía del domingo.

Al hacer relación con el evangelio de Jesús y un hombre leproso, Báez dijo que el hijo de Dios toca al enfermo que era rechazado por la sociedad, “en una expresión de un amor que supera los prejuicios y que va más allá de los convencionalismos sociales y religiosos que humillan y separan a los seres humanos”.

“Dios tampoco quiere una religión que etiquete a las personas como puras e impuras, dignas o indignas, pues él no castiga a nadie ni excluye a nadie de su amor”, sostuvo Báez en la iglesia de Santa Agatha en Miami.

Además, monseñor Silvio Báez, explicó que Jesús demostró una y otra vez que las leyes de los hombres y lineamientos sociales, sí afectaban al ser humano las rompía o saltaba sin pensar en las consecuencias.

“Jesús nunca dudó en desobedecer las leyes que no hacían bien a las personas ni favorecían una convivencia justa y digna. Para él lo primero era el bien del ser humano”, dijo Báez. ortega-retira-el-vaticano-a-comisionado-que-justifico-abusos-policiales

No hay «intachables»

El obispo Auxiliar indicó que “una sociedad dividida en puros e impuros, en intachables y manchados, no tiene futuro”. Y añadió que existen, grupos enteros que son marginados por la sociedad y excluidos por la religión, a quienes vemos con desprecio y no dudamos en condenar.

“No podemos vivir aceptando solo a quienes son como nosotros y piensan como nosotros. No podemos pretender arreglarlo todo tachando de ‘leproso’ a quien es diferente o piensa distinto, para luego ignorarlo, excluirlo o marginarlo”, señaló Báez.

“El mundo será mejor si abrimos caminos de amistad y de cercanía con todas las personas. Cada vez es más necesario superar la intolerancia y dejar de vivir continuamente a la defensiva», concluyó.

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