Jen Psaki

Una semana y un día después de haber asumido la presidencia de Estados Unidos, la administración de Joe Biden, ha anunciado que cambiará la política de esa nación hacia Cuba.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su conferencia de todos los días, externó que revisarán la política que el ex presidente Donald Trump manejó con la isla.

“Nuestra política hacia Cuba está guiada por dos principios: Primero, el apoyo a la democracia y los derechos humanos, eso estará en el centro de todos nuestros esfuerzos. El segundo es que los estadounidenses, especialmente los cubano-estadounidenses, son los mejores embajadores de la libertad en Cuba. Así que revisaremos las políticas de la Administración Trump”, dijo Psaki.

El anuncio se produce en la segunda semana en el poder de Biden, después de que la administración de Trump anunciara solo unos días antes de finalizar su mandato, la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.

Durante la campaña electoral, Donald Trump dijo a los votantes que Biden sería una «marioneta» del socialismo, una idea que caló entre electorados hispanos decisivos, como las comunidades cubanas y venezolanas. Sus votos provocaron que creciera el apoyo a Trump entre los hispanos y que Florida, un estado clave, cayera del lado del multimillonario neoyorquino.

Durante la campaña, Biden prometió revertir las políticas «que han dañado al pueblo cubano sin lograr progresos para la democracia y los derechos humanos».

El regreso a la nefasta lista

Nueve días antes de que Trump abandonara la Casa Blanca, su secretario de Estado,  Mike Pompeo, agregaron a Cuba en la nefasta lista de quienes patrocinan el terrorismo. Alegaron que La Habana “proporciona reiteradamente apoyo a actos de terrorismo internacional al garantizar puerto seguro a los terroristas”.

Cuba ingresó en 1982 en esa lista negra, en la que se encuentran también Siria, Irán y Corea del Norte, pero en mayo de 2015 la Administración Obama sacó al país de la misma.

La devolución del país a la lista de Estados patrocinadores de terrorismo supuso la reversión total de los esfuerzos de la Administración Obama para reconstruir los vínculos con la isla, histórico enemigo de la Guerra Fría. Y complicaba el campo de maniobra para un posible acercamiento de la diplomacia de la Administración de Joe Biden, quien fuera vicepresidente de Obama, que tomará posesión el próximo día 20.

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